La vida en bicicleta a los 80 años

Enzo Fantinati, récord mundial de la hora en bicicleta en su categoría, revela sus motivaciones de competir a una edad avanzada.




"La vida comienza a los 80 años". Esta frase resume, de manera perfecta, la personalidad de Enzo Fantinati, quien no puede esconder su felicidad, tras haber conquistado el sábado el récord mundial de la hora en bicicleta, en la categoría 80-84 años, con una distancia de 38,8 km/h, superando en 10 kilómetros el récord anterior.

Pero para quienes estuvieron el sábado en el Velódromo del Parque Peñalolén no fue extraño verlo sobre un bicicleta, ya que toda su vida ha estado ligado a ella. "No hubiese imaginado mi vida sin este deporte", dice Fantinati, quien en su currículum tiene, entre otros, el haber sido presidente de la Federación Ciclista de Chile, además de ser socio fundador del Ciclo Club Santiago.

De familia italiana, su padre, allá por los años 20, solía salir a andar con sus amigos al entonces Parque Cousiño (hoy O'Higgins). No fue raro que Enzo siguiera sus pasos y comenzara a correr. Desde los 14 años hasta hoy no se ha bajado de la bicicleta.

Tras muchos años sobre dos ruedas, este desafío representa la culminación de una vida ligada al deporte. "Es la guinda de la torta. Quería hacer una marca. De ahí empecé a ver que habían récords y encontré el de mi categorías y me di cuenta de que lo podía mejorar", reconoce.

Así, con 80 años recién cumplidos, Fantinati quiso demostrar que llegar a esta edad no es un impedimento y no supone sentarse a esperar a que los años pasen. "No necesariamente hay que subirse a la mecedora. Se puede seguir haciendo una vida". Vida que Enzo hace ahora en su campo, en Talagante, y en donde dedica otra parte de su tiempo a la producción de aceite de oliva. Eso sí, nunca olvidándose de la bicicleta, su fiel compañera. "Siempre estaré ligado a este deporte. El ciclismo es una escuela de vida, de sacrificios, de triunfos y derrotas", dice Fantinati, sin descartar, de paso, que aún le quede alguna otra cosa por hacer. "Nunca hay que decir nunca. Quién sabe". Y bueno, la vida comienza a los 80 años.

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