Las curiosidades del primer chileno en la historia del futsal español

Edgar Merino comenzó un viaje que lo llevó a estudiar a España, pero que le permitió conocer a seleccionados españoles, a Johan Cryuff, y a volver a ser "futsalista" profesional.




"Pensar que me traje mis zapatillas en la maleta por si acaso...". Con estas palabras, Edgar Merino da inicio a una historia cargada de anécdotas y curiosidades, un recorrido que lo llevó desde los estudios hasta las canchas catalanes, donde conoció seleccionados españoles de futsal y al mismísimo Johan Cruyff, y que lo tienen con el rótulo de ser el primer "futsalista" chileno en jugar en España, un hito que ha conseguido en tan solo dos meses y que aprovecha de relatar junto a La Tercera.

Del aula a la cancha

Merino, quien tuvo pasos por las inferiores de Colo Colo y Banfield, y por la selección chilena adulta de fútsal, ha estado ligado con la actividad desde pequeño, razón por la cual decidió buscar estudios relacionados con el deporte, algo que encontró en una revista y que, meses despúes, le permitieron inscribirse en el Cruyff Institute en Barcelona, escuela donde desarrollaría un Master en Sport Management.

Pero, ¿cómo se pasa de las aulas catalanas a las canchas? el portero de 25 años, y también periodista, da su respuesta: "Uno de mis compañeros, Pepe Luque, es entrenador de futsal de un equipo femenino. El me dio varios correos de clubes, le envié a varios y de prácticamente todos recibí una respuesta cordial de que no podían ficharme por estar fuera de fecha. Pero uno me respondió y me fui a probar".

Ese equipo fue el Tiana FS, cuadro de la Primera División (de Honor) catalana de Futsal, que pertenece a la Asociación Mundial de la especialidad, y que le abrió las puertas para volver a las canchas.

Pero no todo partió bien, ya que más de alguna dificultad tuvo que superar para llegar al primer entrenamiento de prueba: "Quedamos de juntarnos con un amigo en una estación para tomar el tren, y para llegar ahí me equivoqué y tomé el metro para el otro lado".

Entre el nervio por el primer día, y la falta de conocimiento de la ciudad, Edgar Merino dejó de lado los problemas y se situó a sí mismo en su nueva posición de portero de un equipo español, algo que resultó fundamental para su posterior fichaje que se confirmó el 1 de noviembre.

El debut

No pudo ser mejor el primer partido para Edgar Merino. 2-1 a favor de su equipo, con prácticamente todo un primer tiempo jugando de titular, e incluso un "lujito", marcaron el primer compromiso del portero con el Tiana FS.

"Sí, debuté con una rabona. Fue una jugada que la pelota le quedó larga al delantero rival y tuve que salir afuera del área. Me quedó para la zurda y encontré más cómodo lanzarla fuerta para así (...). Además, me mandé tres o cuatro atajadas y para que quede claro acá que soy chileno me compré nuevas zapatillas con los colores de Chile".  

Por cierto, las comparaciones con otros sudamericanos no se hacen esperar en el Tiana. Argentinos, uruguayos y brasileños pululan entre los equipos del futsal español. Entre ellos, Merino, se ve como uno más, aunque siempre hay algo que lo distingue.

"A veces me molestan con Alexis y yo les digo que me dejen jugar un poco de delantero y verán que soy mejor. En general los grandes equipos tienen sudamericanos en sus plantillas, porque falta la habilidad".

La vida diaria

Vivir en España no es para nada fácil. La crisis europea, que ha golpeado fuerte a la península, ha provocado problemas económicos que obligan a los jóvenes a vivir juntos, ahorrando gran cantidad de euros en concepto de residencia.

De hecho, Edgar detalle que junto a él viven una chica de Grecia y tres jóvenes, de Bélgica, México y Bolivia, algo que le ha permitido conocer distintas realidades, y valorar su presencia en tierras europeas.

Y no se queda ahí en su experiencia diaria: "Acá ya conocí a Johan Cruyff, y tengo de compañero en el Master a un campeón del mundo en hockey patín y a Fernandao, jugador de la selección española de fútsal".

Pero al final del día, Edgar Merino es una persona normal que tiene que prepararse comida, una situación habitual para cualquiera pero que tuvo que superar hasta ser, según él, un experto.

"Acá he tenido que hacer maravillas en el día a día en la cocina. He aprendido a cocinar budines y tortillas (y antes) con suerte (hacia) un huevo frito y quemado".

Antes de preparar su descanso, tras una jornada matinal de estudios y una vespertina de entrenamientos, Edgar Merino se toma unos segundos para hacer un balance, uno que dice que, pese a sus 25 años, es por sobre todo positivo: "Creo que son pocos los futsalistas en Chile que podrían decir que han jugado una Copa Libertadores (con el Cóndor de Chile) y una Copa de Europa (el 2013, con el Tiana FS)".

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