Laurence Golborne: "En Puente Alto se vieron el día de la elección buses que la municipalidad facilitó"

El ex aspirante a la Cámara Alta analiza la derrota que por más de 22 mil votantes lo dejó fuera del Parlamento. Entre sus explicaciones apunta al rol que, a su juicio, jugó ese municipio en la movilización de votantes y en la propaganda.




Laurence Golborne contesta el teléfono de su oficina, ubicada en el piso 15 de calle El Golf, y  al otro lado de la línea, alguien -a quien no ve hace tiempo- escucha su confesión: "Estoy bien, no te preocupes. Sí, cuando me bajaron fue peor. Esta vez al menos pude competir...".

Es miércoles  20  de noviembre y han transcurrido sólo tres días  desde que el ex candidato a senador sufriera una de las derrotas más dramáticas para la UDI ante Manuel José Ossandón, quien se impuso por  22.368 votos en Santiago Oriente.

¿Por qué cree que perdió?

Es bastante claro. En los siete distritos, salvo en Puente Alto, yo le saqué una ventaja de más de 60.000 votos a mi compañero de lista, y en Puente Alto él sacó una ventaja de 80.000 votos. Eso marcó la diferencia en una votación inédita, histórica. Jamás había votado tanta gente en ese distrito.

Más allá del análisis de cifras, ¿cuál es su autocrítica?

Yo no quise hacer una campaña para tratar de destruir a los posibles competidores; jamás me referí o traté de establecer una ventaja haciendo ver errores. Y volvería  a hacer lo mismo.  Lo segundo tiene que ver quizás con prever mucho más el trabajo municipal que se puede hacer en ciertos distritos si no hay control férreo y fuerte respecto a la participación que puedan tener funcionarios municipales. Se habla mucho de intervencionismo a nivel país, pero no se dice mucho respecto al intervencionismo que puede haber a nivel municipal.

¿Sintió que en la movilización que hubo en Puente Alto jugó un papel el  municipio?

Cualquiera que haya estado allá, en la zona de Puente Alto, vio que claramente yo no tuve ninguna presencia en publicidad en la zona, que era retirada inmediatamente, y también vio el día de la elección los movimientos de los buses, que la municipalidad facilitó. Fue publicitado en su página web y en los medios de prensa, para que los ciudadanos fueran a votar, y también vio una serie de personas que trabajaron en ayudar a la gente a utilizar esos servicios de movilización. Es un elemento que uno puede analizar y revisar con detalle.

¿Usted ha tenido contacto con esas autoridades para que esa investigación se realice?

Hay gente que está preocupada del tema. Directamente, ellos verán cuáles son los mecanismos para hacer los planteamientos.

En tiempos de voto voluntario, ¿es intervencionismo proporcionar movilización para que la gente vaya a votar? 

Lo que es positivo es generar la movilización y la motivación de la gente a participar; lo que es negativo es la utilización de recursos públicos en beneficio de algún candidato, y eso es lo que la Contraloría y las distintas organizaciones de control deben fiscalizar a todo nivel, y esto no se refiere a un municipio en particular.

Se tomará vacaciones, ¿trabajará por Evelyn Matthei?

Siempre mi relación con la campaña presidencial ha sido de total disposición a colaborar. Estoy convencido de que en esta oportunidad, más allá de mi intención de colaborar, corresponde tomar el liderazgo a quienes fueron los triunfadores en las elecciones.

¿Sugiere que ya no aporta a la campaña?

Eso lo tienen que determinar quienes conducen la campaña; la disposición está. Evelyn ha manifestado su cariño, su aprecio y yo he manifestado colaborar. Ellos verán de mejor manera cómo se pueda concretar. Mi vocación de servicio público no está asociada a ganar o perder un cargo.

Su carrera presidencial terminó drásticamente y hoy es derrotado como senador. ¿Se siente un buen candidato?

Si fui o no un buen candidato, bueno, a la luz de los resultados, no fui lo suficiente. El futuro dirá qué pasa en esta materia, pero no considero importante esa evaluación ex pos si uno es o no buen candidato. Uno no está aquí para ser buen o mal candidato, uno está aquí para plantear ideas para el  país que uno cree y que considera importante, y casi 300 mil personas dentro de este universo creyeron en esas ideas, y yo estoy muy agradecido de cada una de las personas que marcó en la papeleta por mí.

¿Fue una buena decisión llevar a su hija Ignacia de candidata?

En primer lugar, fue una decisión de ella. Ella tiene 27 años, es autónoma, es una mujer tremendamente valiente, y yo me siento orgullosísimo del trabajo que hizo. Estoy convencido de que si ella no hubiese sido candidata, lo más probable es que nos hubieran doblado también en ese distrito.

¿Afectó la información sobre un subsidio con el que fue beneficiada? 

La  situación económica de Ignacia no es la situación económica mía. Ella se mantiene, ella trabaja; tiene que lograr su propia autonomía, y como cualquier persona, compró un departamento que tiene un incentivo de renovación urbana y no es un subsidio habitacional a los más desposeídos, sino que al revés, porque está orientado a personas que tienen la capacidad de comprar.  Y no creo que sea la explicación de esta situación.

¿Qué fue peor, haber sido bajado en la carrera a primarias o derrotado en la senatorial?

Hoy estoy muy tranquilo. No he derramado ni una lágrima por esta derrota. Son las reglas del juego, competimos y no ganamos. Hay que saber ganar y perder con hidalguía. La situación de la candidatura presidencial fue muy distinta. Hubo muchas zancadillas, faltas de apoyo, no me dejaron competir. En lo de ahora uno puede hacer análisis, pero no quejarse.

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