Líder sirio niega responsabilidad en masacre de Houla y culpa a grupos "terroristas"

En un discurso televisado, Bashar al Assad aseguró que su país enfrenta una "guerra real" y advirtió que no tolerará a los "terroristas". Esta es la primera vez que el mandatario se refiere a la masacre ocurrida la semana pasada, donde murieron más de 100 personas, la mitad de ellas niños.




El presidente de Siria, Bashar al Assad, negó hoy que su gobierno haya tenido algo que ver con la masacre ocurrida en Houla la semana pasada, agregando que los culpables corresponden a grupos terroristas.

"Tenemos que combatir el terrorismo para que el país sane", le dijo Assad al parlamento en su primer discurso -que fue televisado- desde enero. "No vamos a ser indulgentes. Vamos a perdonar solamente a aquellos que renuncien al terrorismo", enfatizó.

Esta es la primera vez que el mandatario se refiere a la masacre, que ocurrió hace una semana en la región central de Houla, donde murieron más de 100 personas, la mitad de ellas niños.

Las palabras de Assad desafiaron la creciente condena internacional a su régimen por su violenta represión a la oposición. Culpó de la crisis a fuerzas extranjeras y dijo que la nación pasa por su momento más crítico desde el colonialismo.

Su mensaje fue similar al de discursos previos, en los que atribuyó a terroristas el alzamiento popular. La revuelta comenzó en marzo del 2011 con protestas mayormente pacíficas, pero una feroz represión gubernamental llevó a muchos en la oposición a tomar las armas. Ahora, el conflicto se ha vuelto una insurgencia armada."Nos impusieron una batalla y el resultado es este derramamiento de sangre", dijo Assad.

Siria ha enfrentado desde hace tiempo aislamiento internacional, pero la masacre de Houla ha dado nueva urgencia a los llamados para encontrar un final a la crisis. Un plan de cese del fuego mediado por el enviado internacional Kofi Annan es violado todos los días. Asimismo, han aumentado los temores de que la violencia se extienda y provoque un conflicto regional.

Junto a esto, ya han estallado choques entre grupos prosirios y antisirios en el norte de Líbano, con al menos ocho muertos entre el viernes y el sábado por la mañana, dijeron fuerzas libanesas de seguridad.

La violencia continúa en Siria, pese a una misión de casi 300 observadores de la ONU que se encuentra en el país. Debido a esto, el jefe de la Liga Arabe, Nabil Elaraby, sugirió ayer que la misión sea transformada en una misión de paz.

"Lo que se necesita no son solamente observadores e investigadores, sino supervisar que cese la violencia", dijo Elaraby en una reunión de cancilleres de la Liga írabe en Qatar. "Una de las alternativas podría ser cambiar la autorización de los observadores para que se convierta en una fuerza de paz", indicó.

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