Líder supremo iraní pide tranquilidad y fin de manifestaciones

El ayatola Ali Jamenei advirtió al líder opositor Mir Hussein Musavi que deberá asumir las consecuencias de sus acciones.




El líder supremo iraní, el ayatola Ali Jamenei, hizo hoy un llamado a la calma y pidió el fin de las manifestaciones en las calles con las que la oposición protesta por las elecciones del pasado día 12, que considera fraudulentas.

En un sermón ante decenas de miles de personas en la Universidad de Teherán, Jamenei advirtió a los candidatos, y en especial al líder de la oposición, Mir Hussein Musavi, aunque sin nombrarlo, de que deberá asumir las consecuencias de sus acciones.

"Es un error creer que con movimientos callejeros se puede conseguir que los responsables del sistema iraní actúen a favor de sus intereses", aseguró, antes de añadir, en tono amenazante, que como tales actos continúen volverá a hablar "de forma más clara".

Los enfrentamientos entre los partidarios de Musavi, que impugnó los resultados oficiales que atribuyen la victoria al Presidente, Mahmoud Ahmadinejad, y las fuerzas de seguridad apoyadas por milicianos islamistas "Basij" han causado oficialmente al menos ocho muertos, aunque la cifra podría ser mayor.

"Los candidatos son responsables ante Dios", explicó, antes de aconsejar a sus "antiguos amigos que mantengan la tranquilidad, porque se ve la mano de los enemigos en los acontecimientos".

Jamenei dijo que las manifestaciones ponen en peligro la propiedad y la vida de las personas e insistió en que son las elecciones y no las calles las que sirven para demostrar las diferencias.

"Las protestas por los resultados electorales sólo deben hacerse a través de las vías legales", dijo el líder, para quien el hecho de que sean "once millones los votos de diferencia" entre los candidatos demuestra que "no puede haber fraude".

El ayatola respaldó la actitud del Gobierno de Ahmadinejad en los últimos cuatro años, aunque criticó al presidente por acusar de corrupción, durante la campaña, a importantes personalidades del régimen, como al ex presidente Hachemi Rafsanyani, a quien alabó por explícitamente por su "sacrificio por la Revolución".

También se refirió a EEUU y Europa, a las que criticó porque "antes de las elecciones, hablaban de una manera, pero durante y después de las mismas cambiaron sus puntos de vista", al tiempo que les denunció por "intentar convertir en un fracaso la victoria del pueblo iraní en las elecciones" y citó en concreto al Reino Unido.

Previamente, Jamenei había acusado a los enemigos del Islam de intentar provocar inquietud entre los musulmanes y calificó de "terremoto político" y de una "fiesta histórica" las elecciones.

Jamenei destacó el hecho de que unos 40 millones de iraníes, el 85 por ciento de la población, hayan apoyado con su voto los principios de la revolución después de 30 años.

"Los enemigos tienen en su diana la confianza del pueblo iraní hacia su sistema", dijo el líder, para quien lo que pretenden cuando intentan provocar dudas sobre la legalidad de las elecciones es "romper su confianza".

"Desde el principio de la revolución hasta ahora, ha habido muchos acontecimientos que podrían haber hecho caer el sistema, pero el barco de la República Islámica de Irán siempre ha superado estos problemas y ha llegado a puerto, porque el pueblo tiene el apoyo de Alá", aseguró.

Estas palabras fueron saludadas con grandes aplausos por la multitud, que comenzó a corear gritos de "Alá es grande", "Jamenei es el líder", "Muerte a EEUU" y "muerte a Israel".

"Ese regalo de Ala hay que mantenerlo", añadió, "y con su ayuda, el pueblo iraní conseguirá todos sus altos propósitos".

Jamenei advirtió a los iraníes de que las disputas son normales en cualquier país y que deben estar despiertos para que no les desvíen de su camino, en alusión a las protestas y enfrentamientos surgidos tras las elecciones.

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