Cómo los elefantes lograron desarrollar un "gen zombie" que los protege del cáncer

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Algunos parientes de los elefantes también poseen este gen, sin embargo no se encuentra activo.




Los elefantes son uno de los animales más grandes que habitan la Tierra, y si bien tienen más células que nosotros, el porcentaje de la población que desarrolla algún tipo de cáncer es extremadamente bajo. ¿A qué se debe esto? Al parecer, todo es gracias a un gen que ha sido apodado como "zombie".

El cáncer se desarrolla cuando ocurre un problema al momento en que las células se replican y dividen.  Durante este proceso el ADN que contienen puede mutar y llevar a que se prolifere y crezca de manera incontrolable, formando así un tumor.

Siguiendo esta lógica, entre más grande es un animal, más duplicación de células existe y por tanto, más probabilidades de que su ADN mute y desarrolle cáncer.

Sin embargo, en el caso de los elefantes esto no ocurre. De acuerdo a la revista científica Quanta Magazine, la población de elefantes que muere producto de un cáncer es extremadamente baja si se considera su tamaño y longevidad.

De acuerdo a estudios anteriores, los elefantes tienen duplicado un gen llamado p53, el cual suprime parcialmente las células de tumores. Esto, sumado a otro gen recientemente descubierto por un experto de la Universidad de Chicago y bautizado como LIF, provocan que las células cancerígenas mueran en un proceso conocido como apoptosis.

El gen LIF también está presente en otros parientes de los elefantes, tales como los armadillos, damales y cerdos hormigueros, sin embargo y extrañamente, parece que le faltan partes, por lo que no funciona como corresponde, encontrándose por el momento inactivo.

Esto ha llevado a pensar a los científicos que en los elefantes se activó este gen al momento de crecer (razón por la cual se le apodó "gen zombie") y llegar a tener el tamaño de ahora, evolucionando y creando su propio sistema que los protege del cáncer.

Los expertos esperan aprender más de este sistema desarrollado por estos animales para poder aplicarlo en humanos y así generar tratamientos que eviten el crecimiento de tumores cancerígenos.

Fuente: Quantan Magazine, IFL Science!

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