María Fernanda Valdés: el peso no la deja en el suelo
La pesista fue séptima en Río 2016 y puso alegrías en un año complicado para ella.
María Fernanda Valdés ha reído y llorado en el último tiempo. La pesista tuvo un complicado 2016, pero el paso por los Juegos Olímpicos sana todo. Eso sí, en Río también sufrió.
La coquimbana partió el año con una operación en un tobillo, que complicó su preparación a las competencias del año, entre ellas el clasificatorio a los Juegos de Río.
"Mi balance del año es bueno, ya que comencé con esa operación en el tobillo, me fui a Brasil un mes y medio después de la operación y volví en el Sudamericano y en el test event que gané. Hice muy buena marca (110 y 135 kilos), subí mi arranque en tres kilos y luego fue el Panamericano en Colombia, donde volví a ganar", resume Valdés.
Las cifras le sonrieron y pudo presentarse en las instalaciones del Riocentro, en las afueras de la ciudad olímpica. Allí lloró, pero fue antes de competencia, cuando vio que su técnico la había anotado en la serie matutina, a la que van las competidoras con menos opciones y, por lo tanto, que genera menos interés en los deportistas.
Con esa desventaja, anotó 242 (107+135) y quedó en la séptima ubicación: lo mejor de la halterofilia chilena en unos Juegos Olímpicos y uno de los mejores de esta delegación.
"En Río si bien no fue la mejor performance, fui séptima y mantuve las marcas. El año fue muy bueno, maduré muchos aspectos", cierra Valdés, quien retomó sus estudios de ingeniería civil industrial en la UNAB y no volverá a competir hasta 2017, hasta que esté totalmente recuperada de otra lesión, en un hombro.
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