(me llamo) Sebastián lanza en octubre el disco que expone su lado oscuro
"Si tengo depresión haré canciones sobre eso", dice el solista sobre La sombra, que estrenará en el Cariola.
Sebastián Sotomayor tiene un sueño recurrente. Allí, el cantautor de 30 años, que desde 2010 ha firmado cuatro elogiados discos bajo el alias de (me llamo) Sebastián, se ve a sí mismo de pie sobre el escenario dando un concierto al que nadie asistió. "En cierta forma sigo siendo ese niño gordo inseguro", dice el compositor y multiinstrumentista, quien para su próximo disco ha decidido confrontar y compartir con sus seguidores los fantasmas que aún lo persiguen desde esa infancia, marcada por los concursos de talentos, la timidez y el sobrepeso.
No por nada una imagen de su niñez es actualmente su foto de perfil en Facebook y la que ilustra el afiche de su concierto del próximo 13 de octubre en el Teatro Cariola, probablemente el más estelar de su carrera, donde lanzará oficialmente La sombra, su quinto álbum como solista. Un disco con diez nuevas canciones que verá la luz una semana antes del show, y que el músico concibió como "un recuerdo de este niño, de cómo las cosas pueden cambiar a lo largo del tiempo, de las inseguridades. Y cómo esta sombra se revela cuando eres una persona poderosa, por así decirlo, con cierto estatus que te da la gente".
https://www.youtube.com/watch?v=B4t6Z_6iBbg&feature=youtu.be
Algo de esa inquietud se desprende de Edificios, tercer adelanto del álbum que vio la luz hoy. Un tema claustrofóbico y desolador, sin rastros de la festividad ni de ironía autobiográfica que ha marcado su obra, y que tal como Hijos del peligro y Las polillas -los otros dos singles que ha liberado del LP- confirman a Sotomayor como un compositor e intérprete por sobre la media de la escena pop chilena.
"En este período la rabia se apoderó de mí. El disco tiene material nuevo y otras canciones más antiguas un poco más alegres, pero todo está teñido de una atmósfera más oscura. Incluso regrabé Hijos del peligro para darle un tono más honesto con esta sensación", detalla el músico, quien comenzó grabando La sombra con el reputado productor Cristián Heyne, aunque la alianza se desarmó en el camino. "Me di cuenta que con mi disco buscaba algo y él otra cosa (...) Es genial que haya una industria musical pero quiero ser otro tipo de artista, quiero aceptar mi sombra, mi parte triste y dejar algo que valga la pena", cuenta.
Más allá de este período oscuro y analítico, lo que no cambia en Sotomayor es su espíritu colectivo. "Si tengo una depresión voy a hacer canciones sobre eso, no voy a ocultarme", dice el solista, quien como ya es tradición convocó vía Facebook a sus fans, los mismos que financiaron el álbum, para que actuaran en el videoclip de Los edificios que estrenará a fin de mes. "Yo dependo de la gente. Y aunque puede ser un camino lento es el que escogí y al que quiero ser fiel", explica.
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