Nano Stern: "El desafío es no dejarme corromper"

Tras la difusión de su nuevo single, Vapor, el cantante prepara su debut en el Festival de Viña.




Es una lectura de principios para Nano Stern (29): "Yo quería empezar el proceso de un nuevo disco cantando 'Somos de agua'. Merece ser la primera frase que yo difunda de un disco nuevo. Todo lo que venga después, tiene implicancias directas de esa afirmación, con la cual no se puede estar en desacuerdo. Es ir en contra de tu propio ser". Con esas líneas, por cierto, arranca Vapor, la nueva canción del músico chileno -ya presente en el dial y, también, carta de presentación para un álbum en etapa de preproducción.

Lo que más ha escuchado en el área de las reacciones: "Que se parece a Congreso", ríe. La comparación no viene del antojo, claro, con un sonido cercano a la fusión latinoamericana. "Es lógico, pensando en que uno de los invitados a Los espejos, por allá por 2008, es Tilo González. Y en mi último disco de canciones originales hay dos cantantes de Congreso: Pancho Sazo y Joe Vasconcellos. Hay una cercanía con ellos. Pero la influencia más cercana es del folclore de Bulgaria", aprecia Stern.

Vapor es una de las dos canciones que el ex Matorral ya ha grabado para su próximo lanzamiento, que registrará en su totalidad en marzo de 2015. "La gente tiende a pensar que viene todo el disco así, pero será súper ecléctico y más acústico que esa canción. Más cercano al folclore de Latinoamérica. Mi objetivo es encontrar mi propio lenguaje, y por eso no tiene que ver con un gran quiebre, eso nunca ha sido lo mío", dice.

Eso, porque Stern está en el umbral del compromiso más masivo de su carrera: en febrero se sentará en la fila de jurados del Festival de la Canción de Viña, anotándose así con un show sobre la Quinta Vergara. Serán 30 o 40 minutos, el día viernes 27 de febrero. Justo después de que el único crédito anglo de la cita, Yusuf (o Cat Stevens) cuelgue su guitarra.

"Siento que mi música tiene una cercanía con la que él hace. Los astros se han alineado, entonces sería súper difícil tocar después de Romeo Santos, porque no tengo por qué exigirle a su público una cercanía con mi música", comenta el cantautor. Stern, sin embargo, destaca otra responsabilidad: la de llevar -como antes lo han hecho Manuel García, Gepe o Francisca Valenzuela- la bandera de la nueva música nacional.

"Hay que apuntar a la transversalidad, pero ser muy cuidadoso en mantener la esencia de lo que uno es. El desafío es no dejarme corromper. Pero es una plataforma demasiado privilegiada para dejarla pasar. Sin ser un artista masivo, estoy ahí, con mis cancioncitas, las mismas que toco en el living de mi casa. Y la belleza máxima es que tanto la señora que atiende el kiosco en Putre y el caballero del sindicato de pescadores de Puerto Williams van a estar viendo al mismo tiempo. Y así, en 70 países".

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