Padre de rehén de las Farc llega a Bogotá y se crucifica simbólicamente
El padre del cabo del Ejército Pablo Emilio Moncayo, rehén de las Farc desde hace casi 12 años, llegó hoy a Bogotá tras una caminata de más de 100 kilómetros y de manera simbólica se crucificó con la cruz de bambú que cargó durante su larga marcha.
El profesor Gustavo Moncayo, conocido también como el "caminante por la paz", concluyó en la capital colombiana la última de sus marchas para pedir por la liberación de su hijo y de todos los demás secuestrados en poder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc).
Moncayo llegó a la histórica Plaza de Bolívar acompañado de su hermano Carlos, pero por disposiciones administrativas no pudo permanecer en ese sitio y fue llevado a una iglesia cercana en el centro de Bogotá, donde permanecerá en vigilia por al menos una semana.
"Estoy haciendo el mismo trabajo y pidiendo por la liberación de los secuestrados. Hoy exigiéndole ese derecho al gobierno", dijo tras la larga marcha.
Ante decenas de personas hizo un acto simbólico de crucificarse como había dicho al iniciar este lunes, una marcha desde la localidad de Melgar, distante unos 100 kilómetros al sur de Bogotá.
El profesor pidió de nuevo al Presidente colombiano, Álvaro Uribe, recibir a la senadora de oposición Piedad Córdoba para acordar la logística de la liberación de su hijo.
"Ahora el problema no es de la guerrilla sino del gobierno", dijo el profesor.
Las Farc anunciaron en abril pasado su intención de entregar a Córdoba de manera unilateral al cabo Pablo Emilio Moncayo y el cadáver de un capitán de la Policía que murió en cautiverio, pero no se ha concretado esa liberación por la negativa de Uribe a recibir a la congresista.
"Que los secuestrados vuelvan a la libertad, lograr que los colombianos podamos vivir en una forma diferente y que no haya esa zozobra del secuestro", añadió el familiar del secuestrado.
Los médicos que observaron a Moncayo tras su larga caminata le recomendaron permanecer en calma por unos días.
Moncayo fue secuestrado el 21 de diciembre de 1997 en un puesto de comunicaciones del Ejército ubicado en una zona montañosa del suroeste de Colombia
Las Farc tienen en su poder a 23 policías y militares que pretenden canjear por su hombres presos a través de un intercambio humanitario.
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