Papa Francisco llama a Peres y a Abbas preocupado por situación en Gaza

El Pontífice señaló que el conflicto entre ambos pueblos "está generando numerosas víctimas y creando una situación de emergencia humanitaria".




El Papa Francisco llamó por  teléfono este viernes al presidente israelí saliente, Simon Peres, y al líder  palestino Mahmoud Abbas para comunicarles su "enorme preocupación" por "la  situación de conflicto" en la Franja de Gaza, indicó en un comunicado el  Vaticano.

"Lamento el clima de hostilidad creciente, de odio y sufrimiento para esos dos pueblos, lo que está generando numerosas víctimas y creando una situación  de emergencia humanitaria", dijo el pontífice, quien se ha pronunciado en  varias ocasiones por la paz entre israelíes y palestinos y viajó a finales de  mayo a la región.

El pedido de Francisco fue hecho mientras Israel cumple una ofensiva  terrestre en la Franja de Gaza que pretende destruir las infraestructuras y el  armamento del movimiento islamista palestino Hamas a pesar del riesgo para los  civiles.

Como lo hizo durante su viaje a finales de mayo a Tierra Santa (Jordania,  Jerusalén y Belén), Francisco instó "a todas las partes involucradas y a  aquellos que tienen responsabilidades políticas a nivel local e internacional a  comprometerse para que cesen las hostilidades".

En su mensaje, el papa pide una "tregua", así como "paz y reconciliación de  los corazones". 

El pasado 8 de junio Francisco reunió en el Vaticano para una inédita  plegaria al presidente israelí  Peres y al líder palestino Abbas, a quienes instó a "derribar los muros de la enemistad" y a tener el "valor" de lograr la  paz en Medio Oriente.

Este mismo viernes, el Papa envió un breve mensaje de solidaridad al  párroco de Gaza, el misionero argentino Jorge Hernández, publicado por el  portal internet Vatican Insider.  

"Los acompaño con mi oración y mi cercanía", escribió Francisco, quien se  informó sobre la situación de la pequeña comunidad católica de Gaza, formada  por unas 200 personas, después de que el 16 de julio tres misiles destruyeran  una casa de frente a la parroquia de la Sagrada Familia, a donde habían sido traslados unos treinta niños discapacitados y diez ancianas a cargo de las  hermanas de la comunidad Madre Teresa.

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