Por qué se odian tanto Manchester United y Liverpool

Se supone que es una rivalidad tóxica disparada por la historia y la amenaza de la modernidad: canales de navegación y lucha industrial, batallas por títulos, técnicos intercambiando insultos y jugadores que se niegan el saludo, cánticos sobre muerte y canciones ridículamente trágicas.




Todo y más volverá a la actualidad una vez que Manchester United y Liverpool vuelvan a verse las caras este domingo.

Excepto, tal vez, porque la verdad está en otro lado. Quizás no es tanto sobre el odio como una extraña historia de amor deportiva.

Porque ambos clubes dependen del otro, y también, aunque no se lo crea, sus aficionados.

"No nos gustaría admitirlo, pero necesitamos este partido. Nos gusta esta rivalidad", dice Barney Chilton, editor de la revista para aficionados del United Red News.

"En los 80 era el único duelo que de verdad teníamos. Era el único partido que ansiábamos. Y aunque eso ha cambiado, todavía estamos tan metidos en esta rivalidad que como este no hay otros", explica.

"Si no estuviese en el calendario, de verdad lo echaríamos de menos. ¿Leeds? Quiero que vuelvan a la Liga Premier, pero no los echo de menos", agrega.

"¿Liverpool? No les deseas que les vaya bien, pero quieres jugar contra ellos dos veces al año".

Porque aquí está la paradoja de las rivalidades futbolísticas: los hinchas que declaran el odio a otro equipo, suelen ser tan parecidos que sólo los separa el color de la camiseta o la bufanda.

Mismo tipo de ciudad, mismo tipo de trabajo, misma educación y obsesión con el mismo deporte.

Si se apuntaran a un sitio de citas por internet, serían la pareja perfecta. Los metes en los fondos de un estadio, y se vuelve un conflicto de dibujos animados. ¿Por qué?

"Los fanáticos necesitan rivalidad porque eso los hace sentir más importante", dijo Alan Bairner, profesor de Deportes y Teoría Social de la Universidad Loughborough.

"Hace que la gente se sienta bien, ese sentido de 'nos tienen miedo' o 'somos mejores que ellos'. No es tanto llegar a odiar a alguien sino que ellos te odien a ti", afirma.

"Nos odiamos porque somos iguales", dice Andy Heaton, de la revista digital Anfield Wrap. "Anhelamos el éxito del United porque ya lo tuvimos", explica.

A Heaton le gusta poner la relación entre ambas ciudades en los términos que usó Tony Wilson, empresario de los medios de Manchester, quien dijo que si Manchester es el corazón del noroeste del país, Liverpool es los pulmones.

"Cuando Alex Ferguson dijo que había que sacar a Liverpool de su percha, no me importó. Cuando nos eliminaron en la Copa FA en 1999, Gary Neville se dejó las piernas y me acuerdo de decirle a mi padre, si ese hubiera sido Jamie Carragher haciendo lo mismo del otro lado, todo estaría arreglado", rememora.

"No creo que el Manchester hubiera sido tan exitoso en los últimos 20 años o nosotros en los 70 y 80 si no hubiéramos tenido otro gran equipo en la otra punta de la autopista".

SOLIDARIDAD
Hay una cierta solidaridad entre muchos del United y el Liverpool sobre muchas cosas: la subida de los precios de las entradas y la desconfianza de avariciosos dueños extranjeros.

Para las dos partes, que no parece que tengas demasiadas posibilidades de luchar por el título, hay también un sentido de escapada en este fin de semana.

Un partido no importa por los puntos para la tabla, sino por el resultado en sí mismo. Uno que puede ser el más divertido de la temporada, una oportunidad para olvidarse del largo plazo y disfrutar por completo del hoy.

Es una de las razones por la que las entradas para aficionados visitantes son más demandadas que en ningún otro partido.

Ir más allá de las líneas enemigas suele ser más emocionante que verlo como local.

"No va a pasar, pero si el United bajara a segunda categoría, obviamente nos reiríamos, pero lo odiaría", admite Heaton. "No querría que bajaran".

Eso puede sorprender a algunos. Pero la antipatía entre los dos equipos rara vez ha sido constante.

¿Dónde jugó el gran manager del United Matt Busby cuando era jugador? Anfield. ¿Dónde jugó el United cuando Old Trafford fue sancionado con el cierre a principio de los 70? En ese mismo estadio.

"Hay un entendimiento general de que la rivalidad viene de una antipatía histórica y no futbolística, y por los cambios políticos y económicos que ayudaron a incendiar a las fanaticadas", dice John William, sociólogo del fútbol y autor de Red Men, una biografía del Liverpool FC.

"Pero muchas cosas han cambiado y se hicieron más venenosas, a finales de los 70 y a principios de los 80, parcialmente por razones futbolísticas pero también por influencias externas", dice.

"El United tuvo el glamur del amor de los medios, pero no el éxito. El Liverpool dominaba en la cancha, pero los fanáticos del club creían que era el United el mimado por los medios y más atención del público", explica.

Aunque en su propia ciudad Liverpool tiene al Everton, su rivalidad es "amistosa", mucha gente tiene familia en el otro equipo, por eso necesitaban otro rival al que odiar.

Y en Manchester, el City no parecía de entidad suficiente para los aficionados del United, así que igualmente tuvieron que buscar su archienemigo en otro lugar.

"Parecía obvio que 'el coco' del otro equipo debía estar al otro lado de la autopista M62".

Con la paridad futbolística y después el cambio en el equilibrio de poder, se incrementó la tensión.

Cada equipo clama para sí la supremacía. United por sus 20 títulos de liga y el Liverpool 18, aunque con cinco Copas de Europa por las tres de su rival.

Al expandirse el futbol inglés por el mundo, la rivalidad se ha vuelto más impetuosa.

"Eso es algo crítico porque sólo hay dos equipos realmente globales en la Premier y son el Liverpool y el United", afirma Richard Elliot, director del Centro de Investigación en Fútbol Lawrie McMenemy, de la Universidad Southampton Solent.

"La Liga Premier es un espectáculo mediático ahora y los equipos compiten por hinchadas en todo el mundo. Los que no están afectados por la geografía suelen elegir equipo por su tradición histórica y éxito, pero inevitablemente se implican en la rivalidad exactamente igual que los que van al estadio cada semana", explica.

El del domingo puede no sea el episodio más picante de este largo drama. Ya salieron Alex Ferguson, que hizo del Liverpool su objetivo, y Rafa Benítez ("Yo quiero hablar de hechos").

Tampoco estarán Luis Suarez ni Patrice Evra. Y eso ha descafeinado un poco el partido.

Pero sigue siendo un juego como no hay otro, y ambos equipos lo saben.

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