Postemporada de la NBA: Los 1.085 días de Rose

El base de los Bulls volvió a jugar un partido de Playoffs después de tres años y se lució. Las continuas lesiones no han mermado su talento.




Es extraño lo de Derrick Rose. Debe ser el jugador franquicia de la NBA que menos partidos ha jugado por su equipo en las últimas tres temporadas. El único que le pelea en esa categoría es Kobe Bryant, de Los Angeles Lakers. Pero -en Chicago- quieren a D-Rose, lo veneran y, también, lo esperan después de cada lesión que ha sufrido durante los últimos años.

Y claro, talento le sobra al base de los Bulls, quien pese a sus constantes visitas al quirófano, siempre vuelve. En febrero de este año, sufrió un desgarro en el menisco medio de la rodilla derecha, la tercera lesión grave desde aquel primer partido de los Playoffs de 2012, cuando una rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda lo bajó de la postemporada y, a su vez, del sueño de su primer anillo. Todo justo en la campaña en que había sido elegido el jugador más valioso de la temporada regular, y donde su escuadra se había alzado como la mejor de la liga cestera norteamericana.

El recuerdo de ese brillante período, sin embargo, sigue vivo en la Ciudad de los Vientos. Por eso es que, el sábado, en la victoria de los Toros sobre Milwaukee Bucks (103-91), el grito de "¡MVP, MVP!" se escuchó como hace tres años. Rose jugaba su primer partido de playoffs desde esa amarga jornada, exactamente después de 1.085 días. Respondió con 23 puntos y siete asistencias. Además, anotó tres triples en el tercer cuarto, que hablan de un cambio en su estilo de juego, pues ya no es tan explosivo para penetrar hacia la canasta (culpa de las lesiones), pero sí mucho más certero desde la media y larga distancia.

"Nunca pienso en el pasado, siempre me concentro en lo que tengo que hacer cuando estoy en el campo y, en todo momento, me sentí muy bien y seguro junto al resto de los compañeros", declaró el armador después del partido. Y no sólo eso, puesto que también le lanzó una advertencia a sus rivales: "Todavía no estoy al ciento por ciento en cuanto a la forma física, pero sí en cuanto al ritmo del juego", explicó. En otras palabras, que se preocupen los Bucks, que hoy tratarán de arrebatarle la ventaja de local a Chicago.

Rose, de 26 años, está de vuelta, y todos esperan que esta sea la definitiva.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.