Primera embarcación científica para estudiar la Antártica debuta en 2015
Actualmente, investigadores chilenos sólo pueden realizar estudios oceanográficos cerca de la costa y en botes zódiac.
Los yaganes, aborígenes de Tierra del Fuego, llamaban Karpuj al "albatros de ceja negra", especie reconocida por su capacidad de atravesar océanos con un mínimo de esfuerzo, volando bajo toda condición de viento y oleaje, las mismas que deberá sortear la primera lancha de investigación antártica del país, bautizada en honor a esta ave, que zarpará en 2015 rumbo al continente blanco.
El proyecto de la nave Karpuj (ver infografía) está a cargo del Instituto Antártico Chileno (Inach) y viene a llenar un vacío a nivel de investigación oceanográfica. Javier Arata, asesor científico del organismo, explica que hoy sólo pueden realizar estudios marinos con botes zódiac a no más de tres millas del borde costero, realidad que cambiará con la nueva lancha. "Su incorporación va a permitir extender nuestro ámbito de estudio hasta las 40, 50 millas náuticas de la costa", explica Arata, lo que facilitará el estudio del comportamiento de las corrientes marinas, el aumento de temperatura e impacto en el derretimiento de los hielos, además del futuro del krill, organismo clave en la cadena alimenticia de los mares antárticos.
La lancha cuenta con equipamiento oceanográfico para obtener muestras de agua, medir las variables oceanográficas de la columna de agua, determinar biomasa de plancton con sus sonares, tomar muestras de sedimentos del fondo del mar, medir las profundidades y determinar la estratigrafía bajo el fondo marino, entre otras capacidades.
Arata agrega que la Karpuj también es una nueva plataforma para la comunidad científica nacional. Para optar a utilizarla los investigadores deben postular a los distintos concursos del Inach, Conicyt y Fondecyt.
INVESTIGACIÓN
Uno de los primeros proyectos científicos que albergará la embarcación, pertenece al investigador Cristián Rodrigo, de la Universidad Andrés Bello, quien estudia los ambientes glaciomarinos, es decir, aquellas áreas donde un glaciar toma contacto con el agua de mar.
"Chile no ha contado hasta el momento con una embarcación habilitada exclusivamente para la investigación científica antártica, por lo tanto, su operación traerá beneficios importantes para el desarrollo de la ciencia antártica nacional, en especial, para la oceanografía, biología, geología y geofísica marina", dice Rodrigo.
Sus estudios los realiza en el sector norte de la península Antártica, donde se piensa que existe una mayor sensibilidad a los cambios climáticos. "La idea es buscar patrones y datos en el registro sedimentario marino de las variaciones climáticas y oceanográficas en el pasado, que permitan calibrar modelos que predicen el clima del futuro", explica. La nueva lancha le permitirá hacerlo.
Rodrigo detalla que el tamaño de la Karpuj "permitirá llegar a sitios que antes no habían sido explorados, como algunas bahías y canales pequeños, que pueden ser claves para entender los procesos naturales regionales.
Félix Bartsch, jefe del Departamento Soporte a la Ciencia del Inach, explica que para construir la Karpuj se está utilizando como base una nave pesquera, en la que se están invirtiendo más de mil millones de pesos en equipamiento. El grado de avance de los trabajos, al día de hoy, es de un 50%.
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