¿Qué pasó con el Calbuco?
Su historial dice que tras períodos de descanso ha vuelto a hacer erupción y que la aparición de domos indicarían el fin de su ciclo eruptivo.
"Uno sabe cuando empieza una erupción, pero no cuando termina", dice la geóloga y doctorada en vulcanología, Moyra Gardeweg, al ser consultada por la situación del volcán Calbuco, cuyo ciclo eruptivo se inició el pasado 22 de abril y se mantiene hasta hoy.
Garderweg, especialista de la consultora geológica Aurum, explica que actualmente no existen los conocimientos científicos suficientes para decir con anticipación qué día y a qué hora terminará un ciclo.
“Yo no puedo poner las manos al fuego y decir que esta erupción se acabó. Sí que está baja y que no muestra indicios de incrementarse", explica.
La disminución de la actividad eruptiva fue una de las razones por las que el pasado martes 19 el Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin) resolvió cambiar la alerta del volcán de Roja por Naranja.
Este último nivel marca tanto el retorno después de un proceso eruptivo y advierte sobre las posibilidades de que se genere uno nuevo, en el lapso de días o semanas.
Este cambio también significó que la zona de exclusión, que originalmente era de 20 kilómetros en torno al cráter, disminuyera a sólo 10 kilómetros.
"Hace dos semanas la energía y frecuencia de sismos ha decaído, y el aspecto visual muestra que ya no hay columna como tal, sino dispersión de calor y vapor, parecido a lo que sucedió en el volcán Chaitén, que quedó con actividad hidrotermal. Ahora estamos a la espera de saber si estamos o no ante el fin del ciclo eruptivo, puesto que en las erupciones de 1893, 1961 y 1972 este volcán tuvo períodos de descanso, tras lo cual continuó en erupción", explica Rodrigo Álvarez, director del Sernageomin.
Domos
Decir cuando termina un ciclo eruptivo es complejo. Es habitual, pero no absoluto, que estos comiencen con una fase explosiva (con emisión de piroclastos) y concluyan con una fase efusiva; es decir, con emisión de lava. Así se observó en años recientes en el volcán Chaitén y en el Cordón Caulle, aunque no fue el caso del Hudson en 1991, o el Quizapu en 1932, que fue una erupción superior a la sumatoria de todas las erupciones registradas desde el siglo XX.
"Instrumentalmente, todo indica que el Calbuco está en una fase de calma progresiva, pero la historia muestra períodos de tranquilidad entre medio de fases eruptivas intensas. El Calbuco tiende a construir domos al emitir su lava viscosa al cierre de sus ciclos eruptivos. Puede que eso suceda como puede que no. Sólo en las próximas semanas sabremos si estamos ante el comienzo del fin de este ciclo eruptivo", advierte Álvarez.
El domo es una estructura volcánica originada a partir de la emisión a superficie de un magma muy viscoso que prácticamente no fluye cuando alcanza la superficie.
Interrogantes
El volcán Calbuco se ubica en el tercer lugar en el ranking de peligrosidad del Sernageomin y su erupción plantea nuevas preguntas para este organismo, que tinene a cargo su vigilancia.
Una de las primeras interrogantes es si habrá o no fase efusiva (colada de lava). Otra es por qué no hubo precursores suficientes sobre el inicio de la erupción. Los instrumentos de la Red Nacional de Vigilancia Volcánica del organismo registraron sismos volcáno-tectónicos de baja magnitud, que implican fractura de roca, pero la sismicidad de largo período, que implica movimiento de líquidos, fueron muy repentinos y cortos antes del comienzo.
"Volcanes como el Calbuco, con domo antiguo y con magma viscoso, tendrían que avisar porque se rompe roca mucho antes de la erupción. De momento, la hipótesis que cobra más sentido es que quedó magma disponible de la erupción anterior cerca de la superficie", explica Álvarez.
Moyra Garderweg señala que, efectivamente, la erupción deja una serie de dudas por resolver. No obstante, también dejó lecciones positivas, por ejemplo, el evento demostró que los mapas de peligro disponibles para la emergencia coinciden con la realidad. "Las zonas que se conocen como peligrosas son las que efectivamente se ven afectadas durante una erupción, lo que es una buena noticia", señala.
Además del volcán Calbuco, el Villarrica se encuentra con alerta Naranja y el Chaitén y Copahue con Amarilla.
Garderweg aclara que pese a que todos están ubicados en la zona sur, no están conectados entre ellos.
"Lo que pasa es que los volcanes del sur hacen erupción con mayor frecuencia que los del norte y eso es por una razón téctonica. En el norte, las erupciones son más espaciadas en el tiempo", dice la experta.
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