Salida de protocolo de Piñera provoca incidentes en ceremonia en Chillán

La conmemoración del natalicio de Bernardo O'Higgins se vio empañada por fuertes desórdenes. Parlamentarios se retiraron indignados del lugar. 




El Presidente Sebastián Piñera participó este mediodía de las celebraciones por la conmemoración del natalicio de Bernardo O'Higgins, en la ciudad de Chillán. Sin embargo, la ceremonia -que habitualmente se realiza en orden y siguiendo un protocolo- se vio empañada por varios incidentes.

Los desórdenes ya habían empezado antes que comenzara el acto, debido a las excesivas medidas de seguridad. A los asistentes se les comenzó a pedir una invitación, que muchos no tenían. Esto molestó a algunos concejales de Chillán Viejo, que manifestaron su disgusto ante lo sucedido, alegando que se estaba restringiendo el acceso a la gente.

El punto más álgido de esto ocurrió cuando el concejal Jorge del Pozo tuvo un altercado con Carabineros, por lo que se lo llevaron detenido. En tanto, otros concejales simplemente se retiraron antes de que comenzara el acto, en señal de disgusto.

Luego, comenzó la ceremonia.

LA SALIDA DE PROTOCOLO DE PIÑERA
Tradicionalmente, una parte importante del acto es un desfile militar, seguido por otro desfile en el cual participan representantes de la ciudadanía: agrupaciones sociales, colegios, bomberos, etc.

Pero, una vez terminado el acto militar, la banda dejó de tocar para que el Presidente se parara a saludar. El cese de la música causó desconcierto, y dejó a las agrupaciones ciudadanas listas para desfilar, pero sin la banda. Esto generó la indignación de los presentes, que interpretaron el silencio como que el acto había terminado.

Piñera se paró y comenzó a saludar a los asistentes, ante lo cual fue seguido por la prensa local, para preguntarle acerca de las razones por las cuales no habían desfilado los representantes de la comunidad.

Luego de un par de minutos, Piñera regresó a su asiento, y el alcalde de Chillán Viejo, Felipe Aylwin -quien se encontraba a un metro del Mandatario- comenzó a dar declaraciones a la prensa, manifestando enérgicamente su molestia ante lo sucedido.

Paralelamente, algunos de los parlamentarios presentes en el evento, como el senador DC Mariano Ruiz-Esquide y el diputado del PC Hugo Gutiérrez se retiraban indignados del lugar.

Mientras Gutiérrez reclamó que el hecho constituía una falta de respeto hacia la ciudadanía, Ruiz-Esquide despachaba a su oficina parlamentaria una carta de reclamo, con el objetivo de enviársela al ministro del Interior.

El senador también comentó que de todas las veces que había participado de este acto, nunca antes había visto desórdenes así en este evento, "ni siquiera el 20 de agosto de 1990, cuando teníamos a Pinochet y todavía había tensión".

EL DESFILE DE LA CIUDADANÍA
Según la versión del gobierno, correspondía que la banda dejara de tocar para que el Presidente se parara a saludar a la gente.

Sin embargo, posteriormente el ministro de Defensa, Jaime Ravinet, quien también estaba entre las autoridades presentes, reconoció que efectivamente hubo una salida de protocolo por parte del Mandatario al pararse a saludar y detener la banda, y que claramente esto fue interpretado por los presentes como que el acto había terminado, pese a que algunos minutos después el desfile se reanudaría.

"Él es bastante espontáneo. Mientras salen los militares y entra la comunidad, cruza a saludar a la gente y reparte abrazos y besos y el alcalde se pone nervioso y cree que ha terminado la ceremonia, en circunstancias que volvimos felices y presenciamos un muy bonito desfile", dijo.

Posteriormente, el desfile siguió su curso, pero las autoridades que se quedaron, entre ellos Piñera, Ravinet, y la presidenta de la Cámara, Alejandra Sepúlveda, terminaron presenciándolo desde la vereda, y no en sus respectivos asientos, debido al desorden.

El desfile de los representantes ciudadanos finalmente duró cerca de 10 minutos, a diferencia de otros años, en los que se extendía por casi una hora, y muchas agrupaciones finalmente no desfilaron.

Si bien en un comienzo Ravinet destacó los aspectos positivos de la ceremonia, finalmente terminó reconociendo que el acto había sido "un despelote". Ante lo breve que fue el desfile de la ciudadanía, el ministro afirmó que la intención ahora es "acortar" el acto. "La idea es que sea una fiesta cívico-militar y no un desfile interminable de la comunidad", dijo.

"Si a la comunidad de Chillán viejo no le parece, feliz (el acto) lo hacemos en Santiago", afirmó.

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