Sebastián Edwards, economista Ucla: "Arenas no pudo generar entusiasmo"
Sobre el nuevo ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, dijo que "es uno de los mejores economistas, en el mundo entero, de su generación".
Es la primera vez desde 1990 que un ministro de Hacienda es removido de su cargo. ¿Qué le parece la decisión de la Presidenta?
Una decisión muy acertada. En octubre pasado yo predije que después del verano iba a haber un nuevo ministro de Hacienda. Me referí a la situación como un "momento Mitterrand", en referencia a los cambios de énfasis en la política económica francesa en el verano de 1984. Por una serie de razones, Alberto Arenas no pudo generar entusiasmo y credibilidad. La economía se entrampó y requería un nuevo timonel.
¿Qué opinión tiene sobre la gestión de Alberto Arenas y cuáles son, a su juicio, los principales factores que pesaron en su salida?
La gente asoció el nombre de Arenas con la desaceleración y la caída en las expectativas. Otro problema es haber insistido en que la reforma tributaria iba a recaudar más de lo que va a lograr.
¿Qué le parece la designación de Rodrigo Valdés y cómo interpreta su llegada a Hacienda?
Rodrigo Valdés es un gran nombramiento. Es uno de los mejores economistas, en el mundo entero, de su generación. Es conocido y respetado, silencioso y sobrio, y tiene una gran y variada experiencia. Este es el gran nombramiento de este gabinete, quien le da peso específico y profundidad. Hay que felicitar a la Presidenta por esta decisión.
¿Cuáles debiesen ser las tareas prioritarias del nuevo jefe del equipo económico?
Producir tranquilidad y serenidad. Señalar que el crecimiento vigoroso es la política más progresista de todas. Reconocer que no hay nada que ayude más a la población que mejores y más empleos. Tiene que dar confianza y escuchar.
En el sector privado se enfatiza la necesidad de restituir la confianza y eliminar las incertidumbres en materia económica ¿Cómo se logra eso?
Escuchando, y hablando el mismo idioma que los inversionistas locales o internacionales. Comunicando que la modernización del país no es una idea antagónica a tener una economía dinámica y ágil. Reconocer que lo hecho durante los últimos 25 años fue muy importante, un logro sin parangón. No desconocer lo que los gobiernos anteriores alcanzaron. Transformaron a Chile en la estrella más brillante del firmamento latinoamericano.
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