Sigrid Alegría se casó anoche entre protagonistas de teleseries
<p>La novia adelantó en los faldeos del Cerro Santa Lucía que su hijo "es hombre y se va a llamar Balthazar".</p>
Con peinado de trenzas a lo Dulcinea y un traje de novia dos piezas, con pollera y top aparte que sólo cubría con un trozo de tul su cintura, más adornos de flores de género lila y pequeños capullos de brillantes, se casó Sigrid Alegría. Rodeada por Alvaro Rudolphy de humita que entró soplado con sus anteojos oscuros de detective Ray-Ban puestos y un escuadrón de actrices de teleserie que iban del estilo Mujeres de lujo al bailarina de charleston.
"Nuestro hijo es hombre y se va a llamar Balthazar", contaba la novia en los faldeos del Cerro Santa Lucía, posando con sus cinco meses de embarazo entre dos antorchas en las escaleras del Castillo Hidalgo, junto su esposo, el productor musical Juan Andrés Ossandón. Y al matrimonio por el Civil con una ceremonia especial en medio de un cóctel del talquino Paulo Russo -el mismo del primer casamiento de Diana Bolocco- y música celta, llegaron desde Alejandra Fosalba hasta Bárbara Ruiz-Tagle, la Turquesa de la telenovela Chilevisión que gritaba "¡mujer de lujo siempre!", de la mano de Patricia López.
"¡Venimos a prender la fiesta!", comentaba Antonella Ríos, de Lola y Cuenta conmigo. El "galán" Francisco Melo entraba con Daniela Lhorente, de Los exitosos Pells. Y Francisca Imboden era otra de la figuras de telenovela que llegaba a acompañar a la protagonista de ¿Dónde está Elisa? y que brindaban con roncola, daiquiris y pisco sour. Antes del menú de roast-beef de wagyu, un filete de tilapia sobre taboulé de quinoa altiplánica, "gran camarón a la parrilla" y merengue Margarita de postre.
La ex pareja de la novia, Andrés Velasco -el de Alguien te mira- arribó de la mano del hijo de ambos. "Somos todos una familia", contaba. Y también celebró el matrimonio el hijo de Ossandón.
Alegría ya estaba desde las tres de la tarde en el castillo. Para arreglarse con la maquilladora que la retoca siempre en TVN, y la modista Ana María Mancilla, que le hizo el vestido. A las nueve de la noche terminó la ceremonia con aplausos de los comensales y entonces los anfitriones salieron a posar para los fotógrafos. Mientras Pablo Herrera, lejos el más desubicado con pantalón de motociclista y chaqueta a juego, todo de cuero, era uno de los convidados que se preparaban para cantarle en vivo a los recién casados que en una semana más parten de luna de miel al Caribe. A Punta Cana.
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