Siria confirma la deserción de su representante diplomático en Irak

Luego de llamar ayer al ejército a integrarse a las filas  de la revolución, Nawaf Fares se convirtió en el primer embajador en desertar del gobierno de Bashar Assad.<br>




La primera deserción de un embajador sirio en Irak supone un duro revés para el régimen de Bashar Assad, amenazado ya por un  proyecto de resolución presentado ante el Consejo de Seguridad de la ONU con  más sanciones contra Siria.  

En Damasco, un comunicado del ministerio sirio de Relaciones Exteriores anunció que Nawaf Fares fue relevado de sus funciones y no tiene ninguna  relación con nuestra embajada en Bagdad, ni con el ministerio. Además, las  autoridades sirias amenazaron con ponerlo a disposición de la justicia por sus  declaraciones.

Ayer, Fares llamó al ejército a "integrar inmediatamente las filas  de la revolución", después de haber desertado, en un comunicado difundido por  la cadena de televisión catarí Al Jazeera.

Su deserción supone un golpe para el régimen sirio, días después de la de Manaf Tlass, un general allegado al presidente Assad, quien, según el ministro  francés de Relaciones Exteriores, Laurent Fabius, se habría contactado con la  oposición siria.

El portavoz de la Casa Blanca, Joy Carney, estimó que la deserción de Fares  es "una nueva señal de la desesperación que envuelve al régimen de Assad" y que  "el entorno de Assad empieza a reconsiderar sus posibilidades de quedarse en el  poder".

Fares fue nombrado en su cargo el 16 de septiembre de 2008, tras casi 30 años de ruptura de relaciones diplomáticas debido al apoyo de Damasco a Irán en su guerra contra Irak.

Miembro de la gran tribu sunita de los Uqaydat, implantada en el este del  país, Fares comenzó como policía antes de trabajar con los temidos servicios  secretos, llegando a ser uno de los jefes del partido Baas, gobernador y por último diplomático.

Este curriculum provoca la desconfianza de los militantes, que se sacrifican desde hace 16 meses por la revolución. "Sé que ese hombre es un criminal", afirmó Rami Abdel Rahman, jefe del  Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH). "Es bastante similar a la  historia de Manaf Tlass (...) los servicios secretos occidentales buscan seleccionar personalidades que podrán ser utilizadas para el periodo transitorio".

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