Sucesor de Tomb Raider se impone en entrega del "Oscar" de los videojuegos

La alfombra roja ubicada afuera del LA Live Center de Los Angeles, California, tuvo una de sus noches más extrañas del año. A las estrellas de cine y la música que suelen pasar sobre ella, se sumaron las personalidades de un mundo mucho menos glamoroso: el gamer.

Ellos fueron parte de la séptima entrega de los Video Game Awards, organizados por la cadena televisiva Spike TV, donde los juegos más populares y mejor calificados son reconocidos a través de un evento televisivo que tiene todos los ingredientes de una producción hollywoodense: comedia, emoción, suspenso y, por supuesto, ganadores y perdedores.

FAMA VIRTUAL
A pesar de que los reconocidos en la velada son los videojuegos y el equipo detrás de ellos, gran parte de las miradas se va hacia la participación de actores y artistas famosos dentro del show.

Así es como Hugh Jackman y Megan Fox fueron reconocidos por sus roles en los juegos basados en dos películas protagonizadas por ellos: Wolverine, en el caso de Jackman, y Transformers 2, para Fox.

El momento más emotivo de la jornada ocurrió cuando Stevie Wonder subió al escenario para presentar el premio al mejor videojuego musical, no sin antes hacer un llamado a todos los presentes para comenzar a crear juegos que puedan ser disfrutados por la comunidad no vidente. Luego de eso, entregó el galardón a los creadores de The Beatles Rock Band.

Pero sin duda lo más llamativo de la jornada ocurrió cuando Jack Black -anfitrión de la ceremonia en 2008- recibió el premio de mejor actor de voz, por su rol como Eddie Riggs en el juego Brutal Legend. Tal como ha sido su costumbre, apareció disfrazado e incluso rompió parte de la escenografía al enterarse que su premio no era por ser el juego del año. Todo, parte del show.

Otras estrellas que aparecieron como invitadas fueron Mark Hamill, Samuel L. Jackson y Jake Gyllenhaal, quien protagonizará la película de Prince of Persia el próximo año.

EL TESORO MAYOR
El gran ganador de la noche fue  Uncharted 2: Among Thieves, un título exclusivo para la consola PlayStation 3 y parte de una serie que es considerada como el nuevo Tomb Raider.

Pero a pesar de que ambos títulos comparten el género de la acción, etapas basadas en lugares arqueológicos y la agilidad con la que sus protagonistas se mueven, las similitudes terminan allí. Esto, es porque Uncharted fue creado con una mirada cinematográfica, donde las cámaras, acciones y relaciones de los personajes imitan a las grandes producciones de Hollywood. Y precisamente es ese atributo el que lo hizo triunfar en una ceremonia como esta, quedándose con la mención a mejores gráficas, mejor juego de PS3 y, por supuesto, como juego del año, superando a Call of Duty: Modern Warfare 2, que sólo obtuvo dos estatuillas: Mejor Juego Multijugador y Mejor Juego en Primera Persona.