Temer asegura que su primer mes de gobierno "ha sido una guerra"
El mandatario interino, desde que asumió el poder el pasado 12 de mayo, se ha enfrentado a los escándalos de corrupción, marchas en su contra y las declaraciones de los expresidentes Rousseff y Da Silva.
El presidente interino de Brasil, Michel Temer, considera que su primer mes al frente del gobierno "ha sido una guerra", según una entrevista publicada hoy por el diario Folha de Sao Paulo.
Temer asumió el poder el pasado 12 de mayo, hace exactamente un mes, después de que la mandataria Dilma Rousseff fuera suspendida de su cargo por el Congreso para el inicio de un proceso de destitución por el maquillaje de las cuentas públicas en 2014 y 2015.
El mandatario interino, vicepresidente en la fórmula que llevó a Rousseff al poder, hizo un balance positivo de su gestión y consideró que a pesar "de las turbulencias, las críticas y las presiones" sufridas en sus primeros 30 días al frente del Ejecutivo, "ha sido un mes de éxito".
Temer, que cuenta con una imagen positiva de poco más del 11% se ha visto cercado por los escándalos de corrupción, que le han obligado a prescindir de dos de sus ministros y han puesto en jaque a algunos de los "caciques" de su formación, el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB).
Según el mandatario interino, uno de los principales logros de su gestión ha sido la articulación política en el Congreso, la cual, dijo, "Dilma no conseguía".
"Restablecimos la interlocución con el Congreso, votamos proyectos con amplia mayoría y estamos retomando la confianza en el país, no es poca cosa para un comienzo de Gobierno", resaltó.
Temer también se refirió a la recientes declaraciones de Rousseff, quien afirmó que, si vuelve al poder, consultará a la población sobre la realización de unas elecciones anticipadas.
"Digo con toda tranquilidad que hemos tenido más de 300 votos, a veces más de 340 en la Cámara. Eso refleja la confianza en este Gobierno. Nuestras victorias en el Congreso demuestran que no hay espacio para que Dilma vuelva", añadió.
Temer sustituye a Rousseff de forma interina por un máximo de 180 días, el plazo del Senado para decidir si aparta definitivamente a la presidenta, reelegida en octubre 2014 en una ajustada segunda vuelta.
La votación, prevista para agosto -en mitad de las Olimpiadas de Río de Janeiro-, se presenta ajustada y el Senado puede destituir a Rousseff o absolverla, en cuyo caso, la presidenta retomaría sus funciones.
El presidente interino recalcó que el legado de Rousseff les "sorprendió de forma negativa".
"Las cuentas fueron mucho peores de lo que imaginábamos, Petrobras está quebrada, Correos quebrado y Eletrobras quebrada. Y ellos todavía han iniciado una campaña agresiva contra mí", concluyó Temer, quien el viernes fue el centro de protestas en su contra realizadas en todo el país.
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