Tony Blair se corrige y asegura que Saddam Hussein no era Hitler
El ex primer ministro británico declara por segunda vez ante la comisión que investiga la participación del Reino Unido en la invasión a Irak en 2003.
El ex primer ministro británico Tony Blair comparece por segunda vez ante la comisión que investiga la participación de Reino Unido en la invasión a Irak en 2003.
Debe aclarar puntos que quedaron confusos en la primera sesión de enero de 2010. La interpelación la conduce John Chilcot, y entre otras cosas procura establecer si Blair ignoró o tergiversó el pronunciamiento de asesores legales del Estado que tuvieron dudas u objetaron los argumentos con los que la guerra fue iniciada por la coalición entre Estados Unidos y Gran Bretaña.
En este marco Blair corrigió algunos dichos anteriores y dijo que el ex presidente iraquí Saddam Hussein no era Adolf Hitler. "No quise sugerir que Saddam fuese Hitler", precisó. La guerra fue lanzada bajo la afirmación de que el gobierno iraquí de entonces poseía armas de destrucción masiva, lo que luego se demostró falso.
En la época había dos "visiones" sobre Irak, dijo Blair, "la mía y la de Jacques Chirac. Una era que Irak era un problema que debía ser contenido, la otra que era un mal que debía ser erradicado".
También declaró que llegó a la "conclusión" de que quería acompañar la invasión, decidida por el presidente estadounidense George W. Bush, durante 2002.
Se prevé que los investigadores pregunten al ex jefe del gobierno por sus intercambios con el entonces fiscal general del Estado, lord Peter Goldsmith, quien el 14 de enero de ese año asesoró al gobierno que la resolución 1441 de la ONU no era suficiente para justificar el uso de la fuerza contra Irak (aunque dos semanas después sorprendentemente cambió de opinión).
Lo que la comisión quiere saber es por qué al día siguiente de que el fiscal advirtiera de la insuficiencia de esa resolución para justificar la guerra, Blair declaró ante el Parlamento que, aunque una segunda resolución de Naciones Unidas era "preferible", podía "no ser necesaria" en el caso de que un miembro del Consejo de seguridad emitiera un veto "poco razonable".
En Londres manifestantes salieron a las calles y protestaron contra Blair, portando pancartas y caricaturas del ex primer ministro británico.
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