Un día de perros para Ignacio Casale
En una jornada caótica, el campeón de las quads chocó, se quemó y casi le cae un rayo. Anoche analizaba retirarse.
Ignacio Casale estaba haciendo una gran jornada ayer. Partió el día como el más veloz, y descontaba en cada punto de control el tiempo que Rafal Sonik le llevaba de ventaja en la clasificación general. Hasta que el chileno se encontró con una tormenta. En medio del caos, el chileno chocó y rompió el estanque de bencina. Al final, terminó tercero la etapa, y el polaco se ve aún más lejos.
La jornada fue caótica en el camino a Uyuni. La mayoría de los motociclistas que anoche durmieron en Bolivia se quejaron de lo duro de la ruta. Casale, en particular, estuvo a punto de ser alcanzado por un rayo, y el combustible que se escapaba del recipiente roto se metió por una de sus botas, causándole quemaduras.
"Lo pasé muy mal, y tengo ganas de irme para la casa. Es un martirio, y me ha funcionado todo mal. Se me viene cayendo el estanque de bencina con la rueda de repuesto, casi me cae un rayo encima... Estoy disgustado. Me quiero ir para la casa. El Dakar perdió la gracia...", declaró el Perro en Uyuni.
Aunque más tarde se calmó, las chances de que Casale no parta la etapa de hoy son altas. Por dos motivos. Uno, es la lluvia; el otro, la posibilidad de que no pueda reparar los daños de su quad.
"Me da lo mismo el resultado y me da lo mismo todo. Si mañana (hoy) llueve, yo simplemente no parto. Es una inseguridad total, y hoy vi que corría peligro mi vida, y me tuve que refugiar en la casa de unos bolivianos. Tienen que tener consciencia y, si está quedando la embarrada, deberían cortar la etapa. Lo encontré una inconsciencia total. Fui primero por 20 minutos, pero después fue un martirio y no se veía nada. No podía apretar los frenos, porque los dedos estaban congelados. Estoy muy choreado, como nunca en mi vida. Voy a ver si arreglo la moto; si no, no parto mañana (hoy)", agregó el campeón defensor de la categoría de motos de cuatro ruedas y primer chileno en ganar un Dakar.
"Llegué a la meta llorando del dolor en la pierna, y no había ambulancia. Acá quieren que arregles la moto con dos destornilladores, un alicate y un par de metros. Voy a ver que hago. Este Dakar ha sido muy malo, para no decir algo más feo. Voy al camión y si no tienen máquina de soldadura, me doy media vuelta y me voy a mi casa".
El nacional tenía toda la noche para reparar su quad y tomar la decisión final.
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