Una entretenida charla con el número uno
Marcelo Ríos realizó una exposición gratuita en Puente Alto, donde comentó episodios desconocidos de su vida y del camino al Nº1 del mundo.
A punto de cumplir 14 años, Marcelo Ríos tenía claro su futuro, pero debía enfrentar a sus padres para comunicarles su decisión de ser tenista. El empujón necesario para hacerlo llegó de una manera inesperada a través de La Sociedad de los Poetas Muertos, la afamada película protagonizada por Robin Williams, cuyo argumento trataba sobre un joven que quería ser actor, pese al rechazo de su padre, lo que al final gatilla en el suicidio del muchacho.
"Esa película me marcó bastante en la época en que estaba entre dedicarme al tenis o estudiar. Después de que la vi con mis padres, les dije que quería ser tenista, así que llegamos a un consenso. 'Dedícate al tenis y termina cuarto medio', me dijeron. Me conseguí un colegio que me permitiera jugar y terminar de estudiar. Y hoy estoy orgulloso de decir que terminé cuarto medio". Con estas palabras, el ex número uno del mundo abrió su primera charla gratuita ante unas 700 personas en el Gimnasio Municipal de Puente Alto.
Durante el encuentro, que duró 40 minutos, el "Chino" se vio bastante relajado y extraordinariamente locuaz. En un escenario, con un proyector de fondo que emitió imágenes de los mejores momentos de su carrera, fue asistido por el periodista Nelson Flores, quien efectuó algunas preguntas o comentarios para que pudiera explayarse. Así, por ejemplo, confesó que en su época de juvenil sólo se apoyaba en su gran talento para jugar, pero que con el paso del tiempo se dio cuenta de que para triunfar como profesional esto le sería insuficiente. "No bastaba con eso, no es suficiente en la vida ni mucho menos en un deporte como el tenis", reconoció.
Otro momento que recordó fue su enfrentamiento con Pete Sampras en Roland Garros 94. "Cuando miré el cuadro del torneo y vi que me tocaba con Sampras, dije 'conchhh', pero en el buen sentido. En esa época compartíamos mánager y sabía que ganándole o haciendo un buen papel, mi nombre se conocería en el mundo y me llegarían nuevos auspicios e invitaciones", manifestó.
"No me arrepiento de nada"
A medida de que la exposición avanzaba, Ríos se fue mostrando más cómodo y se fue sincerando. Un pasaje alto de la noche fue cuando se exhibieron las imágenes del último punto ante Andre Agassi en la final del Lipton. Primero, Flores le muestra el fallido primer servicio, y el zurdo con franqueza le responde con un sonoro "me cagaste", que desató risas y aplausos. Luego detalló que "en ese momento me acordé de cuando empecé a jugar, de mis inicios en el tenis…".
También admitió que "si hubiera sido número uno con más edad lo habría disfrutado más, porque a los 21 años no le tomé la importancia necesaria. Igualmente, llegar a la cima es fuera de lo común. No me arrepiento de nada, mi carrera fue corta y tuve la fortuna de que no me lesioné antes de los 21, porque nada de esto existiría ni estaría aquí".
Al finalizar la charla, aceptó preguntas del público, principalmente de deportistas de la comuna. Lamentó que no se hubiera aprovechado su momento ni el de Fernando González y Nicolás Massú para incentivar la práctica y estimular la aparición de nuevos talentos. "Nadie se me acercó a pedirme que hiciera charlas ni tampoco crearon escuelas para los niños. Se manejaron muy mal", acusó.
También sostuvo que cometió un error al decir que no había recambio. "Tenía otra visión del tenis chileno. Pero cambió cuando entré al equipo de Copa Davis. Me retracto, porque creo que (Gonzalo) Lama y (Christian) Garin pueden lograr cosas importantes. Lo único que les pido es que no sean número uno", remató ante la risa de un cautivado público.
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