Una leyenda llamada Roger Federer
El suizo sumó la corona que le faltaba a su palmarés, tras vencer al francés Richard Gasquet y darle a Suiza un inédito título de Copa Davis.
Un magistral drop de revés fue el broche de oro de una jornada que quedará inscrita en la historia del tenis mundial, que dirá que el 23 de noviembre de 2014 Suiza ganó por primera vez la Copa Davis de la mano de la mayor leyenda de todos los tiempos: Roger Federer.
El viernes en la noche, el número dos del mundo sufría una de las peores derrotas de su carrera ante el francés Gael Monfils, el único jugador de su país con la sangre suficiente para entender lo que significa jugar la Davis. Sin embargo, pese al duro momento, FedEx sacó las mejores lecciones y pidió jugar el dobles con Stanislas Wawrinka, el más sólido de la serie. Con esa mentalidad, tuvo su revancha el sábado y ayer llegaba con la primera opción de hacer historia. Y no defraudó.
Una extraña lesión de Jo-Wilfried Tsonga, el número uno galo, alteró los planes de Arnaud Clement, quien recurrió a Richard Gasquet. El 26 del mundo se encontró con la responsabilidad de dejar viva la serie en Lille, mientras la mayoría de las 27.448 personas (récord de público en un partido de tenis) gritaba su nombre. No obstante, ese contagioso aliento no fue capaz de penetrar la fría coraza que le ha impedido llegar más lejos en este deporte.
Federer, desde un principio, demostró que estaba preparado para la ocasión, al igual que en las 17 veces que ganó un Grand Slam, las 23 en que levantó la copa en un Masters 1000 o la vez que ganó el oro olímpico en Beijing, junto a Stan, su compañero en el dobles.
Gasquet mostró su acostumbrado revés virtuoso, pero hizo un tenis muy predecible y cómodo para el juego del helvético. Las molestias en la espalda ya eran cosa del pasado y FedEx lucía su mejor repertorio. Así, fue sólo cosa de tiempo que el duelo se inclinara a su favor. Un 6-4, 6-2 y 6-2 puso el 3-1 final (no se jugó el último punto) y bastó para agigantar más su leyenda, esa que no tiene límites a sus 33 años.
"Hemos trabajado duro para esto, hace casi 15 años que juego esta competición y nunca había estado tan cerca del objetivo. Estoy contento por todo el equipo, es un momento histórico", dijo Roger tras sentenciar la confrontación. Y claro, es histórico, porque Suiza jamás había obtenido la Ensaladera y sólo registraba una final hace 22 años, en la que cayó ante Estados Unidos.
Al ser consultado si se sentía el mejor de todos los tiempos, Federer respondió con humildad: "Eso no es importante, lo que cuenta es la victoria del equipo". Sí reconoció que el triunfo de ayer le causó una de las mejores sensaciones de su carrera. "Es un día maravilloso para el deporte en nuestro país. Somos un país pequeño, no ganamos grandes títulos cada dos días", justificó.
El héroe silencioso
No hay discusiones sobre los méritos de Federer en esta serie. Sin embargo, el rol de Stanislas Wawrinka fue clave. Por eso, Roger le rindió un sentido homenaje.
"Stan ha hecho mucho. Ha jugado de forma increíble este fin de semana y eso me ha dado a mi la oportunidad de acabar la tarea", afirmó.
El aludido destacó la forma de resolver los problemas de la escuadra, sobre todo tras la polémica con la esposa de Federer en el Masters, hace nueve días. "Cuando algo no iba bien, nos sentamos todos juntos para hablarlo. Antes de este fin de semana, todo el mundo pensaba que estábamos en crisis y, sin embargo, estábamos serenos", dijo.
Para los festejos, Wawrinka se encontraba analizando la posibilidad de sumergirse en la bebida. "La posibilidad de que bebamos alcohol esta noche es muy alta", anunció. También es altamente factible que hoy amanezca con una enorme resaca. Pero la felicidad por haber conquistado el mayor título por equipos supera cualquier estrago.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.