Vaticano denuncia el tráfico de órganos de niños indocumentados en frontera de México y EEUU
Un editorial de L'Osservatore Romano reconoció que en países desarrollados, muchas "personas salvan sus vidas" gracias al tráfico de órganos de menores indocumentados, realidad que incluye al Mediterráneo.
El Vaticano denunció este martes el "constante aumento" del tráfico de órganos de niños emigrantes o indocumentados entre México y Estados Unidos así como en pleno Mediterráneo.
En un editorial, el diario del Vaticano, L'Osservatore Romano, reconoció que en muchos países desarrollados "un elevado número de personas salvan sus vidas" gracias al tráfico de órganos, tejidos o sus componentes, de menores indocumentados.
Según la autora del artículo, Lucetta Scaraffia, además de la la trata de personas con el objetivo de extraer órganos o tejidos de las víctimas para que éstos puedan ser vendidos a otra persona cuya supervivencia depende de ello, mujeres arriendan el útero a parejas con problemas de esterilidad.
"En parte por el envejecimiento de la población o porque la solución médica es autorizada, el pedido de órganos está aumentando considerablemente en los países occidentales, mientras que el número de donantes ha bajado", escribió.
En junio, la organización humanitaria Save The Children aseguró que un tercio de los menores que llegan ilegalmente a Italia por el Mediterráneo desaparecen sin que se conozca su paradero.
Se trata de un crimen organizado relativamente nuevo debido al mejoramiento de las técnicas de trasplante en los últimos 30 años, lo que ha creado una situación en la que la demanda supera por mucho la oferta.
Las únicas instituciones autorizadas a recibir y distribuir órganos y tejidos humanos son los bancos de órganos que dependen en su totalidad de donaciones, debido a las leyes que regulan la situación en la mayoría de los países.
Los órganos y tejidos humanos sólo se pueden donar y la compraventa está prohibida. Sin embargo el término "donación" comprende la extracción voluntaria de un órgano de personas vivas, como un riñón, así como la extracción de órganos de un fallecido tras la autorización de los deudos.
Se teme que numerosos menores de edad queden en manos de bandas de traficantes de órganos.
El Papa Francisco denunció recientemente ese tráfico y lanzó un llamado para que la sociedad se movilice contra un fenómeno tan cruel.
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