Alza atenuada en tarifa del transporte público

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Es lícito que el gobierno busque apoyar a los sectores más vulnerables, sin embargo, es importante que anuncios de este tipo vengan a su vez acompañados de medidas que permitan compensar los menores ingresos.



Si bien el Panel de Expertos del Transporte Público había recomendado para julio un alza de $20 en el valor del pasaje, el gobierno determinó que dicho incremento sería de solo $10, manteniéndose la tarifa congelada para estudiantes y tercera edad, segmentos que deberían haber subido en $10. El Ministerio de Transportes ha hecho hincapié en que esta decisión se debe a que el propio Presidente Boric instruyó buscar alternativas para atenuar estas alzas, especialmente pensando en las familias más vulnerables.

No es cuestionable que la autoridad busque velar por el bienestar de los chilenos socioeconómicamente más vulnerables, pero sí resulta indispensable que si se decide lanzar una especie de plan solidario, en paralelo la autoridad transparente al detalle los costos de esta medida -se ha dicho que se va a financiar con cargo a los subsidios que ya recibe el sistema- y se indique mediante qué otras medidas se pretende compensar estos ingresos que el sistema dejará de percibir.

Cabe no perder de vista que uno de los grandes problemas que revisten los congelamientos de tarifas es que suelen presentarse ante la ciudadanía como soluciones mágicas, obviando así sus complejidades técnicas. Una economía que se va a acostumbrado a que los servicios no reflejen sus costos reales sienta complejos precedentes -la experiencia que ha significado el congelamiento de las tarifas eléctricas debería resultar aleccionadora-, y de allí la importancia de que estas políticas no solo estén plenamente justificadas, sino que además se busque atenuar su costo.

En la memoria sigue fresco que el alza de $30 decretada en 2019 para el transporte público fue uno de los catalizadores -al menos simbólico- del llamado estallido social, lo que probablemente ayuda a explicar la reticencia para sincerar el costo real del pasaje. De hecho, las tarifas del transporte recién se descongelaron en agosto del 2022, y desde entonces las alzas solo han reflejado una parte de lo recomendado por el Panel de Expertos. Esta instancia recordó que la tarifa actual está desalineada en $240 respecto de su costo real.

El sistema de transporte público de pasajeros logra mantenerse en pie gracias al cuantioso subsidio que recibe -un proyecto de ley en trámite busca fijar su monto en US$ 1.057 millones anuales hasta 2032-, donde las tarifas actualmente representan poco más del 30% de los ingresos del sistema. Si la decisión política es seguir manteniendo las tarifas por debajo de sus costos reales, es fundamental que a su vez se busquen reducir los costos del sistema, para absorber de algún modo estas diferencias y no seguir abultando los subsidios.

En tal sentido, el anuncio que ha hecho el gobierno debería venir acompañado de compromisos más robustos para disminuir la evasión, la que si bien gracias a un plan desplegado por la autoridad se ha logrado disminuirla en unos cinco puntos, sigue en niveles cercanos al 40%, lo que genera enormes daños para el sistema. Niveles de evasión mucho más atenuados probablemente implicarían alzas tarifarias menores, y permitirán disminuir la dependencia de subsidios.

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