Arriesgada estrategia para la reforma previsional

Marcel, Jara y Elizalde

Parece poco conducente que el Ejecutivo insista en llevar adelante su propuesta de reforma a las pensiones sin tener una propuesta bien consensuada con la oposición, arriesgando a repetir el fracaso que ya experimentó con la reforma tributaria.



Sorpresa causó en la oposición la decisión de la ministra del Trabajo en orden a colocar suma urgencia a la reforma de pensiones. La autoridad señaló que acordaron con parlamentarios oficialistas de la Comisión de Trabajo de la Cámara iniciar el trámite en particular, a la espera de que la oposición cumpla su compromiso de entregar una contrapropuesta a la reforma previsional y poder avanzar hacia un acuerdo.

Lo cierto es que los partidos de Chile Vamos en abril de este año formalizaron propuestas concretas al Ejecutivo sobre esta materia. El conglomerado opositor planteó siete medidas, entre ellas, destinar el 6% de la cotización adicional a las cuentas individuales, la libertad de elección, fortalecer la PGU, incentivos a la formalización, abrir la competencia y no tener un monopolio estatal en la administración. Renovación Nacional, por su parte, hace algunos días presentó medidas adicionales, como la solidaridad intergeneracional con incrementos a la PGU según años cotizados, aumento de cotización con gradualidad y solidaridad intergeneracional a mujeres.

Si bien el gobierno ha señalado que no existen líneas rojas para lograr un acuerdo, de momento parece poco probable que las propuestas de la oposición tengan eco en los sectores más extremos del oficialismo, sobre todo en lo que respecta al destino de los fondos y las cuentas nocionales, o el rol del Estado en la administración.

En el mundo técnico, a diferencia del pacto tributario, sí parece existir un mayor acuerdo entre expertos de distintas sensibilidades políticas. Por ejemplo, a partir de diálogos transversales, convocados por centros de estudios como CIES UDD, Clapes UC, o los gremios agrupados en la CPC, han surgido propuestas de consenso incluso en aquellos temas más controvertidos de la reforma, acuerdos que podrían ser considerados con mayor atención por el Ejecutivo en la búsqueda de acercar posiciones en el Congreso.

En el marco del debate previsional, el gobierno no debería desentenderse del creciente apoyo ciudadano a medidas contrarias a lo que se propone en la reforma. En la encuesta más reciente sobre el sistema de pensiones “Chile nos habla”, de la Universidad San Sebastián (junio), el 57% apoya destinar la cotización adicional a sus cuentas individuales y solo un 10% que la totalidad vaya a un fondo estatal. Asimismo, el 70% de las personas apoya financiar la solidaridad con impuestos generales y solo el 21% con parte de las cotizaciones.

Si bien el gobierno con esta nueva estrategia puede estar buscando presionar un acuerdo, en la medida que no tenga los votos asegurados y tampoco una propuesta que busque acercar un consenso corre el riesgo de repetir el desenlace de la reforma tributaria, más aún cuando requiere de un quórum más alto (la mayoría de los parlamentarios en ejercicio) para aprobar la idea de legislar. También podría ocurrir que logre aprobarla en una votación ajustada, pero ello implicaría que llegará al Senado con una propuesta aún más tensionada. Es de esperar entonces que el Ejecutivo pueda ponderar los beneficios y costos de esta estrategia durante la tramitación, donde lo deseable sería que se opte por caminos que propicien un acuerdo amplio, lo que también supone que todas las partes estarán dispuestas a flexibilizar sus posturas, en beneficio del país.

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