Cambio de época, tiempos de recambio

NotCo


Por Claudio Pizarro, profesor adjunto Ingeniería Industrial, Universidad de Chile; managing partner, CIS Consultores

Las pasadas primarias presidenciales dejaron en evidencia un fuerte rechazo a los partidos políticos. El grueso de sus candidatos no fueron elegidos, sino que candidatos independientes. También demostraron que se privilegian figuras políticas nuevas, siendo los candidatos elegidos menores de 45 y 35 años, respectivamente. Ambos privilegian miradas transversales en su discurso político -feminismo, medio ambiente, vida sana, pensiones, rol del Estado-, dejando atrás un acercamiento solo de izquierda y derecha. Estamos viviendo un cambio generacional y de mirada en la política.

Estos resultados se dan en un contexto de cambio de época -nueva concepción del mundo- y que podemos asimilar a lo ocurrido en Occidente durante la modernidad, donde la ciencia y la razón ocupan espacios nunca antes conocidos en la vida pública y cotidiana de cada uno de los habitantes. Los Estado-nación se consolidan en este período y la primera Revolución Industrial da lugar a profundos cambios en la vida de las personas. Esta “técnica”, en palabras de Arendt, nos plantea posibilidades insospechadas, que nos lleva a “desear escapar de la condición humana”.

Al inicio del s. XXI, la globalización y la digitalización plantean nuevos desafíos a las instituciones y a las empresas, específicamente en su relación con los ciudadanos y clientes, lo que nos exige nuevas capacidades, habilidades y actitudes. No son cambios marginales ni cosméticos. Son cambios exponenciales y disruptivos. El cambio de época está en marcha y nuestra comprensión de este nuevo mundo nos exige volver a las preguntas fundamentales de las humanidades para construir nuevas miradas, nuevas comprensiones y, por lo tanto, nuevas acciones para adaptarnos a este nuevo orden de las cosas.

En este contexto, los procesos de toma de decisiones en las organizaciones requieren más velocidad, flexibilidad y agilidad, a fin de responder a las crecientes exigencias de los ciudadanos y los clientes; pero también exigen miradas amplias para comprender este nuevo mundo, cada vez más complejo. Sin duda, se requieren cambios en la forma de aproximarse para construir organizaciones, ya sean instituciones públicas o empresas privadas. Ya no son tiempos del individualismo, sino que de la construcción de comunidad, de la colaboración y la solidaridad. Es una nueva mirada.

Las nuevas miradas traen aire fresco y provocador a las organizaciones. Un buen ejemplo es lo que observamos con Betterfly, NotCo, Cornershop y Xeppelin, las que provocan disrupción en la creación de valor en sus industrias. Su alcance es global, tanto en el desarrollo del negocio, como en el levantamiento de capital. Estos nuevos empresarios son el recambio en el ámbito empresarial, al igual como ocurre en el ámbito político.

Este es un proceso desatado, donde los directorios, las gerencias generales, las gerencias de primera línea y el resto de los profesionales deben incorporar enfoques amplios que complementen el análisis económico y competitivo, con un análisis de impacto en materia ambiental, social y cultural. Esto exige recambio en los perfiles en estas distintas instancias, ya sea mediante formación o nuevas incorporaciones, pero no cabe duda que no podemos abordar los problemas que se nos vienen -tecnológicos, sociales, políticos, ambientales- con los ojos del s. XX (se trata de una nueva forma de relacionarnos entre nosotros y con las organizaciones). Tal parece que la política y las startups evidencian este cambio de época.