Columna de Camilo Feres: ¿Y qué dice el públicooooo?

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FOTO:PABLO ROJAS MADARIAGA/AGENCIAUNO


Los balances de fin de año no son ninguna novedad. Más bien son una tradición. Los medios de comunicación y todos quienes pululamos en su derredor nos hemos sometido infinidad de veces a la pregunta sobre “lo más” del año que termina: las mejores series; los escándalos más importantes; los personajes más influyentes; los golpes más sorprendentes.

Solemos buscar voces autorizadas para que respondan esas preguntas y tratamos con ello generar conversación en torno a estas. Y es probable que muchas veces sí se genere el efecto: reacciones, opiniones y/o debates, pero de eso rara vez nos enteramos. La pauta ya se armó, el diario ya se publicó y ahora es carne para las redes. El foco de este anuario, sin embargo, es algo diferente: buscamos que sea el público el que responda las preguntas y que sean los “expertos” los que reaccionen ante ello.

El que está ante sus ojos es un primer experimento de Descifra, una alianza estratégica entre fanáticos de la realidad. Algunos que están locos por los datos y otros que están locos por la actualidad y, a partir de esas miradas, han llegado a la misma conclusión: en medio de la fragmentación, la comunicación segmentada y las burbujas culturales de las redes sociales, aún hay un tejido que cuidar. Y para cuidarlo, hay que conocerlo.

Nuestra cotidianeidad está plagada de datos. Muchos de ellos son parte de un registro indeleble que dejamos cada vez que interactuamos a través de canales digitales. Otros son agregación de preguntas, gráficos, porcentajes, evaluaciones, mediciones y rankings. El uso de esos datos para la construcción de imágenes sobre la realidad es el rasgo distintivo de nuestra época y en ello se juegan nuestras mejores opciones de evolución y las más sombrías amenazas civilizatorias.

Orientados por criterios razonables y gracias a las hoy tan variadas técnicas de análisis, muchos de estos datos pueden ayudarnos a tomar mejores decisiones en la vida, en la política, en los negocios. Y es acá donde estamos poniendo el foco: hacer y hacernos buenas preguntas, para levantar de ellas información relevante, confiable y que nos permita orientar mejores decisiones.

Ser socios de una casa editorial nos impone un estándar exigente en cuanto a los procesos de tratamiento y manejo de la información. Los datos interpretados y comunicados no son neutros, generan efectos en esa realidad que, a su vez, interpretan. Habitamos un mundo lleno de datos, que sustentan todo tipo de afirmaciones y teorías, por lo que el punto no es encontrar los datos, sino poder confiar en ellos. El foco no es la cifra, sino cómo se descifra.

En las páginas siguientes encontrarán las respuestas del público a las preguntas de esta pauta-anuario y también una pincelada del espíritu que mueve a Descifra. Porque sí, aunque las respuestas hablan de los encuestados, las preguntas y la forma de problematizarlas hablan de nosotros. Salimos a preguntar por economía (nacional y doméstica), por escándalos (políticos y empresariales) y por liderazgos internacionales.

Preguntamos por los aciertos, los errores y las renuncias del gobierno, por los triunfos y las derrotas electorales y por los temores o preocupaciones principales de las chilenas y chilenos.

Varias voces conocidas reaccionarán a estas respuestas y el resultado que aspiramos no es otro que el que está en nuestra declaración de intenciones original: contribuir a descifrar la realidad, a partir de evidencia, buena información y análisis robusto. Data, contexto, tendencias. Acá nace Descifra y esperamos volvernos parte de sus fuentes principales de información, decisión y acción.

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