Columna de Carlos Correa: El efecto Milei en Chile
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El lío de la criptomoneda meme es un antes y un después en la administración Milei. Si bien el monto total que las personas que fueron afectadas por esta operación de burbuja es muy inferior a desfalcos de gobiernos anteriores o al famoso corralito, ver al ex león libertario dando explicaciones en redes sociales, termina con el encanto. La noticia ha dado la vuelta al mundo, con la misma energía que se hizo famoso por lo estrafalario y audaz, y ahora en su espacio predilecto de redes sociales llueven los memes que se burlan de su figura. El impacto lo reflejó una columna de Luciano Román publicada en el diario la Nación que dice que “el costo de un accionar temerario en la esfera digital será inexorable. Le hace daño a la credibilidad presidencial y deteriora la institucionalidad.”
Acá en Chile no hay que hurgar mucho en Google para encontrar alabanzas por doquier de figuras de oposición al libertario argentino. No solo por su estilo comunicacional, que le ha jugado una mala pasada, sino admiración por sus talentos económicos, sus profundas reformas que han disminuido el estado, y su estilo directo. Muchos se estaban preparando para hacer campañas presidenciales y parlamentarias al estilo Milei. Más allá de la cantidad de posteos en redes sociales que deben estar borrando, la pregunta que surge es si queremos en Chile un aventurero de este tipo.
Hemos tenido en los últimos seis años estallidos sociales, experimentos constitucionales, fenómenos burbujeantes de redes sociales, y pregoneros de verdades reveladas por doquier. El país lo que requiere ahora es justo lo contrario de lo que representa el presidente argentino, necesita certezas. Que las instituciones funcionen, al viejo estilo laguista. O que se privilegie el diálogo, como lo hizo el presidente Piñera esa noche que le pidieron que volviera a sacar los militares.
Lo que se ve en la derecha es una pelea a gritos sobre quien arrasa más en redes sociales, como acaba de ocurrir entre los excandidatos presidenciales Sebastián Sichel y José Antonio Kast que se dijeron de todo por la falta de apoyos mutuos. Para la discusión de las pensiones hubo momentos donde mandaba la estridencia sobre los números, incluyendo a varios que para ganar likes y titulares no vacilaron en inventar una supuesta expropiación de los fondos. Cuando el asesor económico chileno de Milei insultó a sus colegas, varios salieron a aplaudirle la gracia y nadie le recordó que ni siquiera aparece en los rankings de buenos economistas chilenos. En materia de seguridad ciudadana, pese a que el gobierno ha promovido leyes duras como no ha ocurrido antes; sigue la manipulación de las cifras, para que el miedo se convierta en una energía electoral. Pese a que han ganado todas las elecciones, salvo el plebiscito de diciembre 2023, están a punto de perder el premio mayor del año que viene por esa fiebre tipo Milei que les ha dado.
Si se suman los porcentajes de los candidatos de oposición de cualquier encuesta se sobrepasa cómodamente el 40%, y una primaria de ese mundo terminaría con un candidato muy competitivo. Pero la maldición del ganador les está jugando en contra, y están prefiriendo la estrategia de las criptomonedas meme, en vez de propuestas profundas al país, y la fomedad de buscar acuerdos en una política fragmentada. Sería bueno que además de borrar las abalanzas al presidente en caída del otro lado de los Andes, aprovecharan el momento para optar por la calma y el diálogo.
Por Carlos Correa Bau, ingeniero civil industrial, MBA.
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