Columna de César Barros: Mal todos
Mal Enel, mal CGE, mal las municipalidades, mal la Superintendencia de Electricidad y Combustibles (SEC) y el gobierno. Pero vamos de uno en uno.
Partamos por Enel y CGE. Ninguna de las dos invirtió en un plan de prevención de desastres en un país donde eventos inesperados son la norma. Esta vez fue un aguacero invernal con viento, pero si hubiera sido un terremoto, el resultado habría sido parecido. O peor. ¿Y por qué no invirtieron más en seguridad? Lo más probable, es que sus mapas de riesgo deben tener en rojo eventos de este tipo. Sin embargo, dichos riesgos no estaban debidamente implementados. Bueno, una (CGE) es del gobierno chino, la otra (Enel) del gobierno de Italia, y en las empresas gubernamentales -a diferencia de las privadas- su primer incentivo es darles caja a sus gobiernos deficitarios, y su compromiso con los habitantes de un país chico y lejano, es muy secundario. Además, saben que difícilmente los gobiernos de países como éste querrán pelearse con Xi Jinping o con Georgia Meloni y la UE al mismo tiempo.
Mal la SEC, que debió revisar y auditar que los planes de contingencia de Enel y de CGE existieran, y luego que estuvieran en condiciones de cumplirse en tiempo y forma. También pésimo, que hubieran dejado en el cajón por cinco años el reglamento de la ley “Chao cables”, que busca eliminar la llamada “basura aérea”. Cinco años, una desidia inigualable. La SEC, como el resto de los reguladores, no hacen lo que deben hacer, pero sí se dedican a combatir con inigualable empeño los proyectos de inversión que buscan progreso y desarrollo para Chile.
Mal el gobierno, que le duele que ocurra este desastre justo antes de las elecciones, y como no puede echarle la culpa al gobierno anterior ni a Pinochet, entonces las emprende con amenazas incumplibles contra Enel y CGE, diciéndonos que les quitará las concesiones, sabiendo que antes debe litigar primero en Chile, y luego en el CIADI, y además tener un conflicto con Xi, Meloni y Von der Leyen. Pero había que actuar “con actitud”, y no podían ser culpables sus burócratas de la SEC, ni su ministro a cargo del tema, tampoco sus alcaldes. Entonces aparecen con una amenaza sonora, brava, pero que no pueden cumplir, y lo saben, todo encima del tema de Huachipato, que les complica -otra vez- una elección emblemática.
Mal también las municipalidades que nunca reclamaron como ahora lo hacen, por la “basura aérea” y su falta de su reglamentación. Tampoco podaron los árboles que debían podar (suerte que les tocó en invierno, con la generalidad de los árboles sin hojas), ni tenían suficientes equipos como para enfrentar desastres que en Chile son muy esperables. Bueno, si no lo hacen bien en tantas otras áreas de su competencia, como les podríamos pedir algo tan básico como podar árboles, tener motosierras, y reclamarle antes, tan fuerte y duro a la SEC, como ahora lo hacen, y no sin razón contra Enel y CGE. Pero sí venían poniéndole un empeño notable a sus reelecciones y a sus cupos.
Y para variar, hay que echarle mano a los militares para que recojan ramas, escombros y “basura aérea” y así ayuden a Enel, a CGE, a la SEC, al ministro y a los municipios.
Por César Barros, economista