Columna de Cristián Valenzuela: Sin maquillaje
Lautaro Carmona se equivoca. La prisión de Jadue no tiene incidencia grande en la calidad de la convivencia política en el país. Tiene una incidencia grave en la convivencia política del propio PC, que se ha quedado sin caretas y sin maquillaje.
Desde hace un par de años, el alcalde Daniel Jadue viene comentando la actualidad, fijando posiciones políticas y polemizando a través de su programa “Sin Maquillaje” que se emite por YouTube. Se emite casi todos los miércoles y esta vez, salvo que el programa haya sido pregrabado o que haya conseguido una conexión ilegal desde la cárcel, el alcalde no podrá participar.
Daniel Jadue ha sido formalizado por los delitos de estafa, cohecho, fraude y administración desleal. No solo eso, sino que también, el tribunal ha decretado su prisión preventiva y el alcalde, esposado y humillado, ha sido trasladado a la cárcel vip de Gendarmería.
Sin maquillaje, al igual que el Partido Comunista que celebra sus 112 años y que luego de 111 pontificando desde la superioridad moral, afirmando que era un partido incorruptible, termina mostrando su verdadera cara, por los actos, omisiones e irregularidades que una de sus principales figuras demostró a cargo de la comuna de Recoleta.
El Partido Comunista no solo es una farsa en materia de probidad y transparencia, lo es en múltiples aspectos de su expresión social y política.
Hoy en el gobierno, representado por figuras disfrazadas de demócratas y respetuosas del estado de derecho, el Partido Comunista evidencia el doble estándar que los caracteriza. Nos hablan de seguridad, de respeto a las instituciones y de compromiso democrático, cuando hace algunos años estaban en las calles, validando la violencia contra ciudadanos y Carabineros; cuando buscaban el desplome y la deslegitimación de las instituciones; cuando exigían la destitución del Presidente Piñera por presión callejera o por obra del Congreso.
Un partido que dice representar a la clase obrera y a los más pobres, pero que no tiene ningún reparo a la hora de usar y abusar de los recursos públicos de los más vulnerables para instalar a cientos de operadores políticos y estructuras ideológicas, para financiarse políticamente o para eventualmente caer en esquemas de fraude o estafa de los recursos públicos como en el caso que se acusa a Jadue.
Un partido que se llena la boca hablando de derechos humanos y de respeto democrático, pero que no tiene ningún problema en apoyar las dictaduras de Cuba, Venezuela y Nicaragua, y participa activamente de los foros internacionales que dan soporte a esas dictaduras y les valida en su accionar político responsable de la pobreza y miseria de sus pueblos.
Luego de 12 años del experimento comunista en Recoleta y luego de decenas de investigaciones fallidas, desaparición de evidencia y victimización política, por fin la justicia avanzó en el procesamiento y persecución judicial de Daniel Jadue, lo que puede significar el comienzo del fin de la corrupción y la gestión desastrosa del comunismo en Recoleta. Que este hito sirva también para potenciar las investigaciones pendientes en la Municipalidad de Santiago; reflotar el abuso del lucro del PC en la Universidad Arcis; o el financiamiento indirecto de cientos de operadores políticos comunistas en el aparato del Estado.
Lautaro Carmona se equivoca. La prisión de Jadue no tiene incidencia grande en la calidad de la convivencia política en el país. Tiene una incidencia grave en la convivencia política del propio Partido Comunista, que se ha quedado sin caretas y sin maquillaje, expuesto a la opinión pública como verdaderamente es: un partido corrupto, totalitario, antidemocrático e hipócrita.