Columna de Francisca Villablanca y Guillermo Espinoza: La sustentabilidad empieza por casa

hidrógeno verde


El hidrógeno verde (h2v) adquiere su apodo al producirse evitando la contaminación por gases de efecto invernadero. Sin embargo, las consecuencias ambientales de su generación no se reducen exclusivamente a la emisión de gases contaminantes; de la misma forma en que los tratados internacionales en medio ambiente que ha firmado Chile, no se reducen exclusivamente al Acuerdo de París.

La instalación de una industria de hidrógeno verde es favorable al cumplimiento del Acuerdo de París, que vela por la lucha contra el cambio climático al aportar a la reducción de emisiones contaminantes, generar oportunidades de desarrollo y utilizar recursos naturales limpios, entre otras características. Sin embargo, el uso de infraestructura y procesos necesarios para la producción y transporte del hidrógeno verde puede generar otro tipo de consecuencias que necesitan ser atendidas de manera de aportar a un desarrollo realmente sustentable en los territorios intervenidos. Por ello, si bien aporta al Acuerdo de París, puede resultar contraproducente con otros compromisos, como la Convención de Bonn, pues la acumulación de turbinas eólicas de gran tamaño podría amenazar la supervivencia de especies migratorias -especialmente de fauna voladora-, o la Convención Ramsar, al instalar actividades alrededor de zonas húmedas de valor internacional, o el Protocolo para la Protección del Pacífico Sudeste contra la Contaminación Proveniente de Fuentes Terrestres, con la instalación de múltiples plantas desalinizadoras que generan salmueras como residuos.

Es necesario considerar las potenciales implicancias de la producción de h2v sobre estos y otros acuerdos internacionales pues, por un lado, se estaría pasando por alto el valor de los compromisos en la arena internacional, y dejando el camino libre a otras futuras omisiones en materia ambiental. Y, por otro lado, el pasar por alto sus compromisos internacionales trae consigo una pérdida de credibilidad y prestigio en la arena internacional para cualquier país.

En suma, es enormemente relevante prestar una atención amplia a los compromisos internacionales ambientales a la hora de incorporar nuevas actividades de inversión, como es el h2v, y tomar acciones que se alineen al cumplimiento de esos compromisos. Lo que se hace dentro de las fronteras es lo que luego se proyecta hacia fuera, y en ese sentido, si Chile desea proyectarse como un país verdaderamente sustentable, es necesario trabajar consecuentemente en el ámbito interno sobre temas relevantes como lo son las implicancias de la transformación territorial. Así, dentro de las fronteras nacionales resulta crucial la presencia de un análisis desde el punto de vista de las cuatro dimensiones de la sustentabilidad, donde la gobernanza resulta decisiva para conseguir de manera adecuada los objetivos propuestos con un análisis integral de los nuevos territorios y no solo por medio de la revisión de proyectos individuales.

Por Francisca Villablanca, investigadora, y Guillermo Espinoza, líder del Área de Sustentabilidad y Desarrollo, del Centro de Estudios del Desarrollo, CED.