Columna de Gonzálo Jiménez: Gobiernos corporativos: aprendiendo de 36 escándalos Latinoamericanos
"Debido a que son causa de grandes dolores, son también señales de transparencia, de que inicuos comportamientos no pasan desapercibidos, y por lo mismo, son imperdibles oportunidades de aprendizaje y frecuentemente motor de cambios institucionales para los países."
“Para viajar lejos, no hay mejor nave que un libro” decía Emily Dickinson. Por eso cada vez que un nuevo libro nace en el mundo, puentes se despliegan y nuevos vuelos se inician. Esta aventura se intensifica cuando ese libro es hecho por diversos autores y recoge experiencias de varios países; ahí el viaje se potencia con recorridos múltiples.
En este segundo semestre del año será publicado el libro “Gobierno corporativo en América Latina: La importancia de los escándalos para el cambio institucional” de la editorial Palgrave Macmillan NY. El trabajo editorial lo hicimos en conjunto con mis colegas, los británicos Jonathan Callund y Neil Pyper, profundos conocedores de nuestra región, el primero desde los mercados financieros globales, el otro desde la Academia internacional.
Respaldado por teorías institucionales económicas y sociológicas, el libro ofrece un marco para comprender la evolución de los gobiernos corporativos en seis países de América Latina. Junto a 19 destacados investigadores, hacemos un vuelo rasante por Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México y Perú explorando las prácticas que engendran dilemas y los dilemas que generan nuevas reflexiones, derivando en nuevas teorías de gobernanza, que originan nuevas regulaciones, refrescando las prácticas en un ciclo recurrente e incontenible.
Escándalos de gobierno corporativo fueron el pie forzado que escogimos para acercarnos a los dilemas. Estos escándalos son precisamente las heridas que permiten que entre la luz. Debido a que son causa de grandes dolores, son también señales de transparencia, de que inicuos comportamientos no pasan desapercibidos, y por lo mismo, son imperdibles oportunidades de aprendizaje y frecuentemente motor de cambios institucionales para los países. En este sentido, el libro entrega fuentes para la comprensión de las transformaciones sociales, identificando lecciones clave y retrocesos significativos.
Casos como los de los gigantes brasileros Odebrecht y Petrobras que cruzan fronteras; los emblemáticos YPF y Vicentin de la Argentina; Graña y Montero e Inka Kola del Perú, nuestros tristemente famosos, La Polar y Soquimich; AeroMéxico y Banorte del país Azteca; o los carteles del cemento y los pañales en Colombia son algunos de los treinta y seis escándalos analizados. Aunque hay particularidades de los casos y la regulación de cada país, también hay constantes. Por ejemplo: la inevitable inclusión de empresas familiares, la forma de propiedad más común en la región; las frecuentes conexiones políticas, con la excepción de Chile y Colombia; y vacíos institucionales que dejan normas incompletas o “perros guardianes sin dientes”; tampoco se exceptúan unos cuantos grupos empresariales que teóricamente se esperaría que ayudasen a completar los mercados emergentes, ni -paradojalmente- el oportunismo de algunas multinacionales, que se han aprovechado de sectores mal o débilmente regulados.
Esta columna busca correr el velo, aunque sea una ínfima parte, de lo que el libro ofrece y respetuosamente tentarlos. No solo a leer el libro, sino a generar nuevas conversaciones e intercambios sobre gobierno corporativo, sobre la forma en que lideramos empresas e instituciones, a enseñar con el ejemplo para salir jugando en los procesos de cambio que vivimos, como los emprendedores empresariales e institucionales que estamos llamados a ser.
En este libro, el escándalo no se contenta con escandalizar, busca dar el paso siguiente y es generar las alertas necesarias y las buenas prácticas para que estos casos no se vuelvan a repetir. Fiscalización y represión efectiva, autodenuncia real, estimular las prácticas reflexivas a nivel de directorio y la instauración voluntaria de comités de gobernanza, permiten cambiar la trayectoria y propiciar buenos gobiernos corporativos que puedan hacer aportes a la sociedad y proteger el valor de las empresas.
En 1991, al recibir el premio Sonning, el expresidente checoslovaco, Vaclav Havel, pronunció el discurso “Sospecho de mi”. Ese sospechar de nosotros mismos es la actitud que necesitamos especialmente, en los espacios de poder como los gobiernos corporativos.
* El autor es CEO Proteus Management, Governance & Effectuation, profesor de ingeniería UC.