Columna de Javier Vega: Guardar las balas
"¿Se justifica una intervención cambiaria? La tentación es grande para el Banco Central, porque la depreciación del peso traerá nuevas presiones inflacionarias en los próximos meses. Pero intentar ganarle al mercado, sobre todo cuando una parte relevante corresponde a factores externos, es quemar reservas sin la capacidad de mover mucho la aguja"
El tipo de cambio nominal cerró el jueves sobre los 900 pesos por dólar, alcanzando un récord histórico. Desde el día previo al estallido social acumula un alza nominal de 26% y, considerando una canasta de monedas relevantes para Chile, el incremento ha sido en torno a 17% en ese periodo.
¿Qué ha impactado en la fuerte depreciación del peso chileno del último tiempo? En lo coyuntural destaca la fuerte caída del precio del cobre -que desde comienzos de abril hasta ahora acumula un desplome de 20%- y la apreciación del dólar a nivel global, que en poco más de un año acumula un 12%, según el Bloomberg Dollar Spot Index, que mide la evolución del dólar norteamericano en relación a una canasta de 10 monedas relevantes. La moneda estadounidense se ha apreciado por las expectativas de un retiro del estímulo monetario más agresivo por parte de la FED y porque ha aumentado el riesgo de recesión global, lo cual desalienta el apetito por riesgo e impulsa a los inversionistas a refugiarse en monedas más seguras.
Es evidente que la paridad peso/dólar no ha estado condicionada solo por factores externos a Chile. La incertidumbre política local ha tenido efectos significativos en la evolución del tipo de cambio nominal y la desviación asociada a factores de incertidumbre interna está en torno a los $100. Esto se ha evidenciado en una salida de capitales -que a marzo de este año acumulaban US$19.000 millones en un año, según el IEF- y en un fuerte aumento de cuentas corrientes en dólares, que hace dos meses llegaban a un stock de US$12.600 millones entre personas naturales y empresas.
Algunos podrían argumentar que todavía existe confianza de inversionistas extranjeros que siguen invirtiendo en Chile, en contraste con los agentes locales que miran con mayor pesimismo la evolución de la economía local. La diferencia -además de asimetrías naturales de información- es que para muchos extranjeros la posición en Chile implica un porcentaje ínfimo de su cartera, mientras que los locales justamente están buscando una menor exposición en una economía que perciben como más insegura y con la necesidad de diversificar su portafolio.
¿Se justifica una intervención cambiaria? La tentación es grande para el Banco Central, porque la depreciación del peso traerá nuevas presiones inflacionarias en los próximos meses. Pero intentar ganarle al mercado, sobre todo cuando una parte relevante corresponde a factores externos, es quemar reservas sin la capacidad de mover mucho la aguja. Las reservas internacionales a mayo llegaron a US$46 mil millones, que cubren unos 5,5 meses de importaciones al nivel promedio del último año, algo por debajo de la media de la última década. Mejor guardar las balas, porque el panorama externo puede complicarse aún más y la incertidumbre interna está lejos de disiparse en el corto plazo.
Comenta
Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.