Columna de Magdalena Vergara: Las brechas se cierran con aprendizajes

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Las brechas se cierran con aprendizajes. Aton.


Los recientes resultados de la PAES son elocuentes. A pesar de los cambios en la prueba de admisión a la educación superior, pasando por la PSU, PDT y PAES, la brecha de resultados entre escuelas sigue prácticamente intacta. ¡Y cómo íbamos a lograr cerrar las brechas, si el problema no está en la prueba! ¡Está en los aprendizajes!, y de la brecha de aprendizajes nos hemos olvidado en la última década.

En las grandes reformas de la Ley de Inclusión y la Nueva Educación Pública, los aprendizajes no fueron una prioridad, y peor aún, se estuvo dispuesto a transarlos. Lo importante era la diversidad del aula, la escuela y desmunicipalizar. Si los profesores estaban preparados para enfrentar esa diversidad, o cómo implementar la Nueva Educación Pública eran problemas del mañana. Hoy estamos en el mañana y podemos afirmar que no sólo no se eliminó la segregación educativa ni se resolvieron los problemas del municipio que hoy están presentes en los SLEP, sino que tampoco hemos mejorado los aprendizajes y la educación pública: aquella que supuestamente se buscaba fortalecer, se ha deteriorado.

El 28% de estudiantes de colegios municipales y el 32% de estudiantes de SLEP que rindieron la PAES, obtuvo menos de 500 puntos, es decir mostró un dominio insuficiente en pensamiento crítico, comprensión lectora y razonamiento matemático (mientras esta proporción es de un 3% en los pagados y un 18% en los subvencionados). Por su parte, sólo el 9,7% de los estudiantes de colegios públicos está dentro del 20% con mejor puntaje (mientras en los pagados asciende al 61,3% y en los subvencionados al 16,5%), y sólo un colegio municipal está dentro de los 100 mejores, y no es un liceo emblemático; estos desaparecieron -el mejor posicionado está recién en el puesto 303.

Sobre los emblemáticos, lo lamentable es que el aprendizaje ni siquiera se dejó de lado por las grandes reformas, sino por la violencia, la normalización de los paros, tomas, bombas dentro de los colegios y, ciertamente, por la captura política de ciertos grupos. Así, de ser el puente de movilidad y los más preferidos por los padres, hoy no son ni lo uno ni lo otro. Quizás la lapidaria situación que viven actualmente nos permita comprender que la educación y la violencia no son compatibles.

Si queremos cerrar las brechas, el foco son los aprendizajes. ¿Cómo partir? Por priorizar la educación parvularia, atender el rezago de los aprendizajes -pues ninguna prueba va a solucionar que un estudiante no haya aprendido a leer- y, no menos importante, permitir que profesores y directivos hagan su trabajo para que puedan dedicarse a la labor docente y pedagógica y no a las -cada vez más abultadas- cargas burocráticas que se les imponen desde arriba. Suena obvio, pero por obvio parece haberse olvidado, es necesario volver a poner la educación, los aprendizajes, al centro de la escuela.

Por Magdalena Vergara, investigadora senior, IdeaPaís

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