Columna de María José Naudon: La voz de Evelyn

Evelyn


Menos de dos meses nos separan del plebiscito constitucional, y poco a poco las opciones comienzan a decantar. Esta semana la alcaldesa Evelyn Matthei confirmó su voto a favor. Desde la izquierda, fue tildada de inconsecuente y se la acusó de no resistir la hegemonía republicana. Hasta de volteretas se habló, por cierto, con bastante desvergüenza.

Por el contrario, la posición de la alcaldesa ha sido consistente. En septiembre, Matthei declaró que, de no cambiar el rumbo del proceso constitucional, no pondría su capital político para aprobar la Constitución. Sin embargo, y sabiendo que con sus palabras ya lo estaba poniendo, movió la aguja. Los partidos se pusieron en movimiento, se moderaron algunas cosas y, como efecto secundario, demostró un liderazgo amplio, coherente con sus aspiraciones presidenciales.

Esta semana volvió a hacer lo mismo. Su apoyo decidido por la opción a favor la ubica con claridad en un sector, pero sus matices permiten identificarla con un proyecto distinto del de Republicanos. Al expresar: “me habría gustado un acuerdo más amplio” se dirige más allá del electorado de derecha y se posiciona en el lugar que le corresponde; uno donde el centro político resulta imprescindible. En este contexto, sus declaraciones parecen valorar la efectividad probada de los acuerdos y abogar por una responsabilidad que supone considerar el largo plazo y tomar distancia de los ciclos electorales. En Chile, la élite política ha priorizado sus victorias y sus utopías antes que la convivencia y la realidad. Los resultados están a la vista.

¿Cuáles son los aspectos que destaca? Su declaración enfatiza atributos del texto que entiende como novedades y que evalúa como avances. Seguridad, sistema político, modernización del Estado y descentralización son algunos de ellos. La estabilidad y la gobernabilidad aparecen como claves de su decisión. En esta selección, se articula bien la imprescindible sintonía con la ciudadanía, los requerimientos del Chile de hoy y la necesidad de salir de un estancamiento que tiene al país sin crecimiento y con débiles perspectivas de futuro. Reconocer que las discrepancias con el texto no ameritan rechazarlo supone apartarse de la rigidez ideológica y reconocer, como sostiene Daniel Innerarity, que “lo mejor y lo peor están menos alejados que el bien y el mal”. Los que aspiran, de un lado y de otro, a una constitución que los deje enteramente satisfechos, probablemente confunden la idea misma de constitución.

Matthei se enfrenta al desafío de consolidarse como líder de una coalición amplia sin descuidar la derecha, marcando un estilo propio que dé cuenta de su experiencia y hable del qué y del cómo espera recuperar la estabilidad y la confianza de los chilenos. Esa tarea supone alejarse de la lógica del todo o nada.

Un triunfo del “a favor” requiere un coro de voces que hablen a distintos mundos y que, ojalá, logre convocar al 62% del rechazo. Por esta razón, es un error aspirar a un “a favor” monolítico y sin matices. Por el contrario, es saludable que convivan visiones y proyectos políticos diversos. Las mujeres tienen en esto una voz fundamental. La brecha de género es contundente y la necesidad de acortarla es crucial. En todo esto Matthei resulta una figura fundamental.

Por María José Naudon, abogada

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