Columna de Matías Concha: “La madre de las batallas”
"No ha habido y no existirá un mejor espacio para la generación y promoción de soluciones que mejoren la calidad de vida de las personas que la empresa y la política pública debe promover su participación como un actor fundamental dentro de la sociedad civil. Si promovemos una política centrada en la persona que requiere de personas para llevarlo a cabo en donde excluyo o restrinjo a la empresa en la definición, destruyo el catalizador del desarrollo"
Corría el siglo V a. de C. cuando el filósofo y general Chino Sun Tzu concluía que mientras un ejército derrotado luchaba primero e intentaba obtener la victoria después, un ejército victorioso ganaba primero y posteriormente entablaba batalla. Sus enseñanzas y reflexiones en materia de estrategia hoy día nos alertan sobre la importancia de la actitud y preparación con la cual basamos nuestra convicción al momento de entablar la batalla de las ideas y determinar en gran medida el éxito de una adecuada política pública.
Hoy día Chile vive un momento crucial con una generación de cambios profundos y vertiginosos, la entrada de la transformación digital e inteligencia artificial con profundas implicancias en cómo trabajamos, un desafío mayúsculo en la transformación energética unido a una baja sustantiva en la productividad y aumento significativo de las expectativas de la ciudadanía. El cóctel y complejidad de un sistema político para llegar a buen puerto unido a un trabajo para definir una nueva constitución en paralelo nos marea y confunde sobre qué concepto priorizar.
Antes de entrar a la batalla de las ideas, nos encontramos con varios flancos abiertos. Más allá de plantear la pregunta de cómo jubilarnos mejor, nos enfrascamos en modelos para ver cómo eliminar a las AFP´s. Más allá de preguntarnos en cómo mejorar un sistema de salud, no detenemos la vorágine de nefastas consecuencias por un colapso del sistema actual de salud en cadena por la caída del sistema de isapres. En relación al litio, en vez de promover un régimen de altísimo valor de inversión que multiplica varias veces la recaudación récord de impuestos, nos enfrascamos en la discusión de un modelo teórico impidiendo el control privado que lo único que genera es postergar la tan ansiada inversión y recaudación de un mineral fundamental para la descarbonización. Ejemplos siguen en materia laboral, tributaria, de promoción de inversión verde y otros en donde existe mucho consenso político en promoverlo a nivel conceptual, pero nos caímos en el supuesto detrás del “Cómo” para llevarlo a cabo.
Cada tema es distinto, pero cada vez se repite y configura la madre de las batallas ideológicas entre lo que es el deber del estado y rol de la empresa a objeto de enfrentar un importante desafío público centrado en la persona. La empresa no es sino la unión de varias personas en función de un propósito común a objeto de servir a otras, por lo cual, necesitamos reivindicar y promover su legítimo rol en sociedad. A lo largo de más de 200 años de historia contemporánea, no ha habido y no existirá un mejor espacio para la generación y promoción de soluciones que mejoren la calidad de vida de las personas que la empresa y la política pública debe promover su participación como un actor fundamental dentro de la sociedad civil.
Si promovemos una política centrada en la persona que requiere de personas para llevarlo a cabo en donde excluyo o restrinjo a la empresa en la definición, destruyo el catalizador del desarrollo en donde llego a todas las batallas como perdedor. Si cada uno de los desafíos de promoción de política pública en curso, ya sea constitucional, legislativa o normativa libera a la empresa para que cumpla su legítimo y fundamental rol, se tiene la llave para permitir destrabar no solamente un problema puntual, sino ganar la madre de las batallas detrás de la gran mayoría de problemas en donde necesitamos urgentemente lo mejor de cada uno para salir adelante.
* El autor es consejero SOFOFA.