Columna de Max Colodro: Escenario externo

G20 leaders summit in Osaka
Escenario externo. REUTERS/Kevin Lamarque


Este 2025, las elecciones presidenciales y parlamentarias en Chile tendrán un contexto global muy singular. Y para un país de fronteras y economía abiertas, que además ha vivido en los últimos años un severo ciclo de deterioro político e institucional, la retroalimentación entre lo que ocurre adentro y afuera tendrá, con seguridad, efectos decisivos.

Solo en enero se producirán dos hechos gravitantes: el 10 debe asumir el Presidente electo de Venezuela, hito que reactivará la tensión entre un Nicolás Maduro que busca asegurar su continuidad y el candidato de la oposición, Edmundo González, ganador de las elecciones según los recuentos independientes. ¿Qué escenario político se desencadenará a partir de ese día?, ¿qué efectos tendrá sobre la crisis migratoria que ya vive el continente a raíz de la diáspora venezolana?

Con todo, lo más importante ocurrirá diez días después, cuando Donald Trump asuma su segundo período en la Casa Blanca. El nuevo Mandatario tiene entre sus compromisos de campaña una política de cierre de fronteras a la inmigración irregular, lo que también implicará derivadas en el conjunto de América Latina, donde varios países verán incrementada la presión sobre sus límites territoriales. Así, las nuevas realidades que se avecinan en Venezuela y EE.UU. suponen riesgos no menores en uno de los principales problemas que hoy enfrentan Chile y su gobierno.

En paralelo, la esfera económica y comercial también será sometida a un estrés relevante, consecuencia de la política arancelaria y de ajuste fiscal anunciada por Donald Trump. China, Canadá y México serán los primeros en sentir sus impactos, pero el resto del mundo no tardará mucho en hacerlo. La actual desaceleración del gigante asiático, sus desajustes financieros y el eventual golpe de un alza de aranceles en EE.UU. tendrán sin duda efectos de corto y mediano plazo en Chile, en un momento en que el tipo de cambio ya cruzó la barrera psicológica de los mil pesos. La nueva política arancelaria y fiscal de EE.UU. tendrá entonces secuelas sobre el ciclo inflacionario que vive nuestro país, sobre sus tasas de interés y niveles de endeudamiento interno.

En síntesis, 2025 no será un año fácil a nivel global ni local. ¿Cuál será además el derrotero que seguirán los conflictos en Ucrania y Medio Oriente? ¿Cómo impactarán en América Latina la nueva política exterior y comercial de la administración Trump, el debilitamiento económico de China o la pérdida de influencia geopolítica de Irán? Son interrogantes clave que nuestras autoridades ya debieran estar considerando. Más aún en un año donde el gobierno se juega su continuidad en el manejo de alguna de estas variables.

El mundo vive un complejo proceso de reordenamiento global, un escenario que el actual gobierno enfrenta desde la histórica derrota de su agenda original de reformas, pero todavía con poca claridad respecto a cómo abordar las nuevas prioridades que imponen estos tiempos.

Por Max Colodro, filósofo y analista político

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