Columna de Natalia González: Pensiones, exijo una explicación
El debate de pensiones está “en llamas”. Un sector de Chile Vamos (ChV) y el Partido Republicano, todos por razones legítimas, discrepan de los términos en que ChV conduce las negociaciones con el gobierno.
En democracia, la discrepancia ocurre entre posiciones adversariales, pero también al interior de las propias coaliciones. En este caso, mientras quienes negocian más se aparten de los compromisos que efectuaron con sus bases, votantes y de las posiciones defendidas públicamente hasta hace poco, más profunda será la discrepancia.
En 2022, la izquierda declaró abiertamente que su norte era desmantelar el sistema de capitalización individual. La derecha y, más amplio, las fuerzas del Rechazo, dijeron categóricamente que no.
Por ello, lo esperable era que al menos desde la derecha se profundizara esa senda, proponiendo reformas que se hicieran cargo de los problemas que el sistema actual tiene, pero que tuvieran a la capitalización individual como ancla. Y es que, en materia de solidaridad, se ha avanzado enormemente tras la reforma del Presidente Piñera que creó la PGU (la mayor y reciente reforma al sistema y que equivale a 5 puntos más de cotización). En vez, el pilar contributivo está muy al debe, requiere ser actualizado y reforzado, no perforado.
Bajo ese entendido obrábamos los votantes de derecha: perfeccionamientos a ese pilar, compatibles con el derecho de propiedad y la sostenibilidad del sistema, que pasa por fortalecer, y no debilitar, el pilar contributivo, ya que es el mejor antídoto a los desincentivos a cotizar.
Bien hace la derecha en decir que el reparto es un “cáncer para el sistema”. Pero si lo es, no debe abogar por introducirle un poquito de cáncer. De ahí que la discrepancia al interior de ChV no es cuantitativa, sino profunda y sustantiva, y se relaciona con el objetivo de los sistemas de pensiones.
Pero en un tris nos enteramos de que un sector de la derecha está disponible a generar una perforación y un cáncer inicial (hoy acotado, mañana quién sabe). Así, quienes nos han sorprendido, generando la novedad y el quiebre, son los negociadores con su cambio de posición, no quienes reaccionan con fuerza discrepando.
Por ello, no deja de llamar profundamente la atención que hoy sean los negociadores y sus cercanos quienes tilden al resto de Chile Vamos, y para qué decir a los republicanos, de haber tomado el “camino simplón de la trinchera y la barra brava”, o de hablar sin saber, o de no querer proteger a las mujeres cuando nada de ello es cierto y lo saben. No sé si se darán cuenta de cuánta intolerancia y soberbia transpira ese juicio que, dicho sea de paso, no es muy propio de quienes se consideran dialogantes.
Si no es reparto y es compensación, muéstrenlo; pero si se financia con la cotización previsional, es reparto. Tomato, tomatoe; potato, potatoe. Por lo demás, más del 50% de la población está porque el 6% de la cotización adicional vaya a su cuenta individual, de manera que no es electoralmente inteligente catalogarlos de barra brava ignorante.
Por Natalia González, Faro UDD