Columna de Paula Escobar: Las mujeres ya no lloran, ganan medallas

Pan-Am Games - Santiago 2023


Martina Weil bajo la lluvia, dándolo todo, corriendo a una velocidad impresionante.

Martina Weil y su cara de felicidad cuando sabe que es medalla de oro.

Martina Weil poniéndose encima la bandera de Chile mientras, aún bajo la lluvia, los aplausos y la emoción traspasan la pantalla.

Martina Weil, luego de su gran triunfo, recibe muchas preguntas. Una de ellas, de un medio de comunicación nacional, es sobre su gran secreto.

¿Para correr tan rápido? ¿Para tener esa fuerza física y mental que le permiten correr de esa manera? ¿Para entrenar sin pausa? ¿Para hacer como si no estuviera lloviendo y pese al frío, al agua, no resbalar, no dudar?

No.

El gran secreto que le pidieron revelar fue “el lápiz labial que usó en los 400 metros”.

Otra atleta muy destacada, Isidora Jiménez, corre su primera prueba en estos panamericanos. Su desempeño está bajo la expectativa que había para esa carrera, teniendo en cuenta su gran talento y capacidad. Un periodista deportivo, al que se le quedó abierto el micrófono, dice que, en todo caso, “nunca le dio (para) mucho tampoco”.

Christiane Endler es la más destacada arquera chilena. Brilla en el fútbol europeo, en el Olympique de Lyon. No pudo jugar el último partido, pues su club no lo permitió. Chile se quedó sin arquera, pues quien la iba a reemplazar, Antonia Canales, también fue llamada por su club. Quienes debieron haberlo previsto -no ellas, por cierto-, no lo hicieron. En corto: dejaron sin arquera a la selección femenina de fútbol chilena. Sin defensa (s). La Roja femenina -que antes llamaban condescendientemente la “Rojita”- ha tenido todo cuesta arriba, pero esto ya es casi freudiano.

“Las malas gestiones no sucederían en la selección masculina”, dijeron desde la Asociación Nacional de Jugadoras de Fútbol Femenino. Agregaron que “es una muestra más del poco profesionalismo y seriedad con el que se maneja el fútbol femenino en Chile”.

Y, sobre Endler, fueron tajantes: “Rechazamos y criticamos categóricamente la postura que han adoptado algunos medios de comunicación, los que han catalogado la renuncia de Christiane Endler -la mejor arquera de la historia de nuestro país- como un acto egoísta”, indicaron.

Esta maravillosa fiesta que han sido los Juegos Panamericanos -brillantes, impecables- nos han legado, sin embargo, postales como estas, que revelan sexismo: banalización (lo que importa es el rouge y su apariencia, no su trabajo), ninguneo (nunca dio para más) y chaqueteo (culpabilización) de deportistas mujeres chilenas. Muestra que el machismo sigue vivo y coleando entre nosotros y cuánto falta por lograr una verdadera igualdad, una igualdad sustantiva entre hombres y mujeres en Chile.

Reflejan que subsisten aún los estereotipos tradicionales de género: que a los hombres les corresponde preponderantemente el espacio público, mientras que a las mujeres, el espacio privado. Qué más desafiante a aquello que tomarse el espacio público corriendo, mostrando fuerza, destreza, velocidad, músculos, pasión, energía. Todos atributos que se han relacionado tradicionalmente a lo masculino, y que estas estrellas ponen en escena como atributos plenamente femeninos, como lo son.

Estos estereotipos han sido combatidos a lo largo de la historia para lograr la obtención progresiva de derechos, los que no fueron producto de la inercia o la evolución per se, sino de la lucha de mujeres notables, que con grandes costos personales les quisieron legar una sociedad mejor a sus descendientes, donde las mujeres no experimentaran los límites que ellas vivieron, incluido poder competir en una olimpíada.

Pero las brechas persisten en el siglo XXI. Persisten al punto que se calcula en más de 130 años lo que falta por cerrarlas.

Pero parafraseando a Shakira, las mujeres ya no lloran, sino que facturan. Y ganan medallas.

La posta 4x100 de los Panamericanos fue la mejor respuesta. Con fuerza, con convicción, con compañerismo, con músculos de hierro (que no “ricitos de oro”), Isidora Jiménez, Martina Weil, María Ignacia Montt y Anaís Hernández hicieron patria, batiendo dos récords nacionales y ganando una medalla de plata para Chile.

Isidora Jiménez dijo que “vinimos a pelear por nuestra medalla y así lo hicimos”. “Estamos para grandes cosas y hoy vinimos a tapar bocas”, remató María Ignacia Montt.

“Espero que esto haya sido suficiente para toda esa gente que está hablando, que se dé cuenta de que a la ‘Isi’ le queda, que la ‘Isi’ es nuestra, que la ‘Isi’ no está sola y que si se meten con la ‘Isi’ se meten con el atletismo chileno completo”, dijo Weil.

La foto de las cuatro abrazadas y cómplices, felices y empoderadas, no tiene precio.

Millones de niñas chilenas las vieron. Y ojalá recuerden esta postal cuando alguien les diga que no se la pueden.

Vaya tapabocas olímpico.

Bravo.

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