Columna de Paula Escobar: Mujeres que salvan
Podríamos decir que lo que Kamala Harris es a Joe Biden, Izkia Siches es a Boric, y el tándem de Paula Daza y Evelyn Matthei a Kast.
Es que algo parecido a la elección de Vicepresidente (a) en Estados Unidos ha pasado con esta segunda vuelta chilena y su elección de figuras femeninas fuertes como puntos cardinales de apoyo.
¿Qué las une?
Son mujeres con peso propio, trayectoria y con liderazgos probados. Ninguna les debe nada a ellos, ninguna está “subordinada” o se presta para la foto. Dos: las tres apelan a votantes más centristas o moderados que sus candidatos. El ninguneado “centro” político, que tanto se ha anunciado que se “vació”, será, de hecho el “gran elector”, y Kast y Boric han desplegado una carrera contra el tiempo por incorporar a figuras que apelen más a aquellos electores. Izkia Siches es una mujer de izquierda, pero que, sin duda, tiene vocación de mayorías. Su figura ha sido comparada varias veces con la expresidenta Bachelet, no solo por su profesión, sino por su estilo de liderazgo y por su popularidad.
Evelyn Matthei es una mujer de derecha, pero liberal y mucho más abierta que Kast, una que apoya el matrimonio igualitario, por ejemplo. Sus ideas en materia de género incluían cuotas para empresas públicas y privadas: otro ejemplo. Paula Daza no tiene trayectoria política previa, sino técnica, pero ha dicho que representa también ese tipo de derecha, y su adhesión es bastante transversal.
El último factor que une a estas mujeres “puntales” es que pudieron haber estado en la papeleta por derecho propio. Siches y Matthei eran dos posibles candidatas serias y con alta tracción en sus sectores. Daza podría haberlo sido, dadas sus muy favorables encuestas de aprobación ciudadana.
Cuando Siches convocó a un grupo de economistas transversales a hacer un plan que pudiera darles viabilidad a las medidas de cuarentena que proponían desde el Colmed, se anotó un gran acierto y empezó a brillar en las encuestas. Cuando en Tolerancia Cero dijo que no estaba preparada aún para ser Presidenta, cerró la puerta para estar ella en la papeleta esta vez, pero no en el futuro. Es una carta fuerte, sin duda alguna, para el próximo periodo.
¿Y qué duda cabe que Evelyn también lo es? Ella sí quería estar en esta papeleta, pero quedó fuera “por secretaría”. Tras diversas peticiones de los mandamases de su partido para que no compitiera con Lavín en la primaria, se retiró de la carrera, molesta y frustrada. (Dice que advirtió que esta situación haría que la candidatura de Kast creciera).
Las tres son cartas seguras para ser ministras de alto tonelaje si sus candidatos ganan. En esta elección en que el tema de género ha tenido tanta relevancia, el dato no es menor.
¿Irán las personas a sentir que al votar por Kast o Boric también votan por ellas? ¿Se irán a mezclar sus identidades con las del candidato?
Difícil saberlo, especialmente porque cada candidato tiene sus propios “voceros” incómodos, que revelan aquello que no cuaja en sus programas. Para Boric, una “cumbre” en esta materia fue la frase sobre “meterle incertidumbre” al sistema de Sebastián Depolo. Para qué hablar las del alcalde Jadue. Y esta semana fue el senador Ignacio Latorre el que complicó al frenteamplista con la reforma a las pensiones y si serán o no heredables. Latorre dijo que no seguirían siéndolo, desatando olas de críticas. Esto hizo que el candidato tuviera que salir a decir que el senador, simplemente, se había equivocado.
Kast, por su parte, la tiene aún más difícil, no solo por los voceros incómodos, sino por sí mismo. Aunque ponga dos mujeres fuertes y liberales, su programa, su trayectoria, sus declaraciones, sus opciones previas, las contradicen. ¿Cómo se explica que el mismo día en que se aprueba el matrimonio igualitario, el diputado exrepublicano Johannes Kaiser sale del ostracismo para burlarse y denostar a la primera diputada trans de la historia de Chile, Emilia Schneider? Y aunque Kast pidió perdón y “retó” a Kaiser, la verdad es que el mismo Kast tiene una galería de declaraciones previas contra la comunidad LGBTQI. O -tal como supimos en el debate- es él mismo quien persiste con ideas tan antidemocráticas como son el detener a personas en sitios que no sean cárceles. O las zanjas antimigrantes o relativizar la participación en el Consejo de DD.HH. de la ONU y otros temas.
Y es que se ha tratado de instalar que Boric y Kast son “los dos extremos”, pero no es así. El partido más a la izquierda del espectro chileno es el Partido Comunista, no los que participan en el Frente Amplio. Boric derrotó al candidato del PC, justamente, porque era el más moderado de esa primaria. En cambio, es un hecho que Republicanos es el partido que ocupa el cuadrante más a la derecha del espectro chileno: a la derecha de la UDI.
Ni Matthei ni Daza pueden matizar esto.
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