Columna de Paula Escobar: ¿Una Constitución contra la agenda 2030?

kast
José Antonio Kast.


La Constitución que se plebiscita ha sido descrita como contraria a la Agenda 2030 de la ONU, pues, a juicio del Partido Republicano, “ideologiza” a niños y niñas.

En efecto, José Antonio Kast, en su programa de YouTube, ante una pregunta de si es partidario de la Agenda 2030, respondió: “No, toda mi trayectoria muestra que no ha sido así (…) Si estás preocupado de la Agenda 2030, lee el texto propuesto y te vas a dar cuenta de todo lo que se hace precisamente para impedir que la Agenda 2030 ideologice a nuestros niños, que es por donde primero entra” (La Tercera, 25 oct).

Arturo Squella, presidente del partido, también respondió a la crítica de la Agenda 2030. “Si hay algo que hace esta Constitución y que le entra a trabar una práctica que se ha estado dando en los tribunales de justicia es instalar que los padres son las personas primeramente llamadas a determinar cuál es el interés superior del niño”, afirmó. Luego argumentó que ese resguardo “queda en la Constitución, porque lamentablemente quienes promueven esa agenda 2030 no lo entienden así y creen que tiene que venir un burócrata del Estado, o un tribunal de justicia (al) que poco le importa la conciliación o buscar lo mejor, no solo para el niño, sino que para la familia integralmente, y lo disocia de la decisión que tienen los padres”.

Pero la Agenda 2030 ONU no se trata de la “ideologización” de nadie, sino que promueve 17 objetivos de desarrollo sostenible: fin de la pobreza, igualdad de género, hambre cero, educación y calidad, acceso a agua limpia, trabajo decente y crecimiento económico, reducción de las desigualdades y acción por el clima, entre otros. Fue adoptada por los 193 estados miembros de las Naciones Unidas en la Asamblea General de 2015. “Es una agenda civilizadora que sitúa la dignidad y la igualdad en el centro”, dice el documento oficial. “Se basa en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, los tratados internacionales de derechos humanos, la Declaración del Milenio y el Documento Final de la Cumbre Mundial de 2005″. No es una agenda vinculante jurídicamente, sino que respeta la autonomía de cada país.

¿Qué explica la ofensiva del Partido Republicano contra la Agenda 2030? En primer lugar, es parte de la agenda política de la ultraderecha en el mundo. En España, Vox puso un aviso en la vía pública en que aparecía un basurero en el cual se depositaban la Agenda 2030, el feminismo y la bandera LBGTI: le llama “globalismo” y “consenso progre”. Trump es un declarado “antiglobalista”. En Argentina, Milei dijo en el debate presidencial que en caso de ser electo, su país no se plegará a la Agenda 2030: “Nosotros no adherimos al marxismo cultural, no adherimos a la decadencia”.

Y el Partido Republicano se ha subido a ese carro, sea por afinidad o para captar votantes, o ambas. De acuerdo a una encuesta Partner citada por Ex Ante, las razones de electores de derecha para votar En Contra son (respuestas múltiples): prefieren la Constitución actual (42,5%), creen que la Constitución sólo necesita cambios (40,56%), creen que no soluciona problemas prioritarios (39,8%) y creen que el texto del Consejo incorpora temas globalistas que propician la Agenda 2030 (27,8%).

¿Dónde se manifestaría el espíritu anti Agenda 2030 en la Constitución? Siguiendo las declaraciones de Kast y Squella, se puede deducir que, por ejemplo, está en la base de la reiteración del texto en consagrar el derecho de los padres sobre los hijos, incluido un gran énfasis a su derecho a educarlos conforme a sus convicciones morales o religiosas. Un exacerbado tutelaje de los padres que ha levantado alarmas. “El principio del interés superior del niño no es un resguardo a la niñez per se, sino que es un resguardo para que los padres determinen su interés. Esto pone en riesgo su protección, ya que en temas de violencia intrafamiliar, transfusiones de sangre y otras materias se generarán grandes complicaciones para resguardar a los niños de los peligros a los que están expuestos”, asegura un análisis de constitucionalistas DC, entre otros, Ignacio Walker, Andrés Zaldívar, Jorge Correa Sutil (que fueron la vez pasada por Rechazo).

Coincide con ver riesgos el recién nombrado defensor de la Niñez, Anuar Quesille: “Aprobar la propuesta constitucional podría producir dificultades en materia de niñez… Hay problemas con el reconocimiento expreso de NNA como sujetos de derecho”.

Esta dimensión del texto es muy preocupante, así como lo es el que -por razones ideológicas o electorales- se distorsionen los 17 ODS de la ONU, metas consensuadas y firmadas por 193 países. Es un modo irresponsable de socavar políticas de Estado, como es la adhesión a un sistema de valores y reglas internacionales que protege a todos los países, especialmente a los más pequeños y menos hegemónicos, como el nuestro.