Columna de Roberto Camhi: Unboxing people: ¡Sáquenme de la caja!

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"Al dejar de encasillar a las personas y permitirles acceder a la información libremente, estaremos generando oportunidades de co-creación, confianza y transparencia únicas, que mostrarán tempranamente efectos positivos sobre la cultura y la productividad."



Seguramente muchos hemos visto algún video en Youtube cuyo título comienza con «unboxing…». Esos videos, que se han hecho comunes en los últimos años, nos muestran todos los componentes de un producto recientemente adquirido y el proceso de desembalaje y montaje desde el momento en que abrimos la caja. Todo está definido de manera cuidadosa, bien etiquetado y presentado. Nada parece dejado al azar.

Eso funciona bien para los productos, especialmente los electrónicos. Pero ¿qué pasa cuando hablamos de personas? Sabemos que el potencial de una organización está limitado por el potencial del líder. La pasión y las características de quien lidera son las que generan las oportunidades o, por el contrario, son las limitantes de toda la organización. En organizaciones jerárquicas, muy dependientes de su dueño o fundador, se tiende a confundir a los líderes con la autoridad formal. Y ahí empiezan los problemas.

Cuando no reconocemos a nuestros líderes, esperamos que las instrucciones bajen de la autoridad superior. Sin embargo, la comunicación y las ideas no deberían fluir siempre desde arriba hacia abajo. Eso es una limitante de crecimiento y alcance. En vez de entregar el poder a uno o unos pocos en la organización, un modelo basado en redes, entrega la influencia a muchos. La hace menos dependiente y más empoderada, capaz de generar ideas creativas e innovación continua, hoy claves para subsistir en cualquier emprendimiento.

Un buen ejemplo de lo anterior es lo que le pasó a Microsoft cuando se enfrentó a la amenaza de internet. Debo reconocer que yo mismo fui, al igual que Goldman Sachs, un escéptico sobre las posibilidades de subsistir de esta empresa con el crecimiento de internet. La clave de Microsoft fue su sistema nervioso de comunicaciones, que hizo que la información y las tendencias fueran conocidas por todos sus empleados, pero fue sólo un pequeño grupo de ellos quienes las vieron y gatillaron el cambio, desde abajo hacia arriba. Microsoft abrazó este cambio y fue pionero en empujar la nueva tecnología para surfear la ola correctamente.

¿Qué se necesita para lograr lo que hizo Microsoft en empresas jerárquicas y tan grandes? Una de las primeras cosas que se debe hacer para movilizar y empoderar a los colaboradores es eliminar o dar menor relevancia a las etiquetas de cargo, responsabilidades o incluso de género o nacionalidad, ya que son limitaciones que autoimponemos a la creatividad de las personas. Si queremos que piensen «fuera de la caja», primero debemos sacarlos de la caja para permitirles crecer.

En todos los ámbitos de nuestra vida, la diversidad nos aporta riqueza. Por el contrario, en numerosas ocasiones, tenemos la tendencia de “etiquetar” a personas con características concretas e inmutables para ubicarlas en una categoría determinada que las defina específicamente. A menudo operamos de esta manera sin darnos cuenta de que estamos limitando nuestra percepción de los demás, perdiendo de vista la complejidad de todos, sus características únicas y, en última instancia, todo el valor que aporta la diversidad.

Al dejar de encasillar a las personas y permitirles acceder a la información libremente, estaremos generando oportunidades de co-creación, confianza y transparencia únicas, que mostrarán tempranamente efectos positivos sobre la cultura y la productividad.

* Fundador Mapcity y Apanio, advisor/director startups, autor de “Piensa al Revés” y “Hackea tu Mente”.