Columna de Rodrigo Castillo: Subsidios a los PMGD: Un nudo crítico en la transición energética de Chile



En la reciente vorágine de discusiones sobre el desarrollo del sector eléctrico en Chile, es comprensible que muchos se sientan perdidos. La regulación de la energía, con su enmarañada red de normas, términos técnicos y proyecciones económicas, es difícil de seguir para quien no esté directamente involucrado en la industria. Más aún, la gran mayoría de las opiniones que circulan están, inevitablemente, teñidas por los intereses particulares de quienes se benefician o perjudican por la regulación en cuestión. Sin embargo, en medio de debates intensos y a menudo polarizados, hay aspectos cruciales que no reciben la atención que merecen. Entre estos, el subsidio a los Pequeños Medios de Generación Distribuidos (PMGD) destaca por su importancia y las significativas consecuencias que conlleva.

Los PMGD son instalaciones que, por su capacidad reducida, pueden generar electricidad y suministrarla directamente a la red local. La legislación actual les concede un Precio Estabilizado, una medida pensada originalmente para incentivar la inversión en energías renovables y asegurar una remuneración constante que compense los riesgos del negocio. Sin embargo, este bienintencionado estímulo se ha convertido en un verdadero caballo de Troya dentro del marco regulatorio eléctrico.

El corazón del problema radica en que el Precio Estabilizado, lejos de ser un mero apoyo a las renovables, actúa como un subsidio cruzado que distorsiona el mercado. Este mecanismo no solo enfrenta cuestionamientos legales por favorecer desproporcionadamente a los PMGD frente a otras formas de generación, sino que plantea serias dudas sobre su compatibilidad con principios de libre competencia y eficiencia económica. Estas preocupaciones no son menores: al alterar las señales de precio del mercado, el subsidio puede llevar a una sobrecapacidad instalada, una asignación ineficiente de recursos y, en última instancia, a tarifas eléctricas más altas para los consumidores finales.

Además, el subsidio a los PMGD podría estar socavando la misma transición energética que busca fomentar. Al garantizar ingresos asegurados sin considerar la demanda real o la contribución efectiva a la seguridad y estabilidad de la red, este mecanismo desincentiva inversiones más eficientes, necesarias para una verdadera transición hacia una matriz energética sostenible y resiliente.

De hecho, en sus último Informes, la Unidad de Monitoreo de la Competencia del Coordinador Eléctrico Nacional ha lanzado una advertencia severa y precisa sobre el régimen actual de subsidios a los PMGD. En uno de estos informes del año 2023, la Unidad ha destacado explícitamente que el mecanismo de estabilización de precios está “generando distorsiones significativas en el mercado eléctrico” y que hay un riesgo real de que “el mecanismo podría duplicarse, lo cual iría en detrimento de la libre competencia y la eficiencia económica”. Esta evaluación subraya con urgencia la necesidad de revisar y reformular esta política, garantizando así que no se socaven los principios de eficiencia económica y el bien común en el sector eléctrico

Por todo esto, la discusión sobre los subsidios a los PMGD no debe quedarse en la sombra. Es una cuestión de justicia regulatoria, eficiencia económica y, sobre todo, de visión a largo plazo para el sector energético en Chile. Las autoridades deben actuar con prudencia y visión de futuro, recalibrando los incentivos y asegurando que la transición energética sea tan sostenible como eficiente. La claridad, la equidad y la transparencia no son solo deseables en este proceso; son absolutamente necesarias.

Por Rodrigo Castillo, socio de Táctica Abogados y Director del Magíster de Regulación Económica UAI

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