Columna de Rolf Lüders: Libertad y economía
La economía chilena está prácticamente estancada y padecemos de la trampa de los países de ingresos medios. Para salir de ella debemos al menos duplicar la tasa de crecimiento proyectada para los próximos 10 años. La evolución del valor para Chile del Índice de Libertad Económica, calculado por el Frazer Institute de Canadá, ayuda a explicar la actual situación. En efecto, la evolución de este índice está correlacionada con el crecimiento económico: a mayor valor del índice para un país, mayor tenderá a ser su nivel del PIB por persona y viceversa.
Dicho índice tiene cinco componentes: tamaño del Estado, sistema legal y derechos de propiedad, estabilidad de la moneda, libertad de comercio internacional, y regulación (Temas Públicos, ILyD, 2024). De acuerdo al Índice, Chile llegó a tener la mejor posición relativa en 2010, hacia el fin del período del milagro económico chileno, cuando se posesionó en el 7º lugar a nivel mundial. Desde entonces el ranking de Chile se ha desplomado -excepto durante el período 2014-2018- llegando a ocupar en 2022, año del recientemente entregado último cómputo, el 39º lugar entre unas 160 naciones. Ud. dirá que un país puede caer de ranking, pero crecer vigorosamente, si otros lo hacen aún mejor. Desafortunadamente este no es el caso de Chile, cuyo índice -en vez de crecer- cayó de 8,0 a 7,4 en 12 años, una reducción muy significativa.
No es sorpresa alguna que el peor ranking lo tenga Chile en materia de regulación (81º). Es el problema de la famosa permisología, que el país debe atacar con la mayor severidad. Asombra, en cambio, el 62º puesto en materia de estabilidad de la moneda. Este es un caso en que Chile no lo ha hecho mal, pero otros países lo han hecho mejor. En materia de tamaño del Estado, Chile ocupa el 52º lugar, sugiriendo que es un área que requiere de cirugía mayor, pero cuya ejecución es, por motivos político-partidistas, muy compleja. Y el puesto 33º en materia del sistema legal refleja la incertidumbre política prevaleciente en el país. Mientras ella no se reduzca significativamente es poco probable que el país pueda atraer las inversiones necesarias para crecer a tasas mucho mayores que las actualmente proyectadas.
Al respecto y para concluir, una anécdota. Visitando a Milton Friedman -brillante economista y comunicador- unos años antes de su fallecimiento, comentamos el avance de la libertad económica a nivel mundial y su rol en ese fenómeno. Fue entonces que me mencionó que él se sentía muy afortunado, porque es un hecho empírico que las economías florecen bajo la libertad de mercado, lo que le permitió abogar, sin tapujos, por la libertad económica. Al hacerlo, no sólo estaba así contribuyendo al progreso material de las personas, sino también al avance de la Libertad, así con mayúsculas.
Por Rolf Lüders, economista