Columna de Tomás Jordán: La Subsecretaría del Interior, el núcleo central del poder
El enroque del ex Ministro de Justicia, Luis Cordero, hacia la Subsecretaría del Interior ha generado dudas y perplejidad. La duda y perplejidad del por qué un Ministro desciende a una subsecretaría. Lo anterior ni es correcto y la razón es sencilla: la Subsecretaría del Interior es el núcleo central del Palacio de gobierno.
Max Weber afirmaba que el poder es la probabilidad de encontrar obediencia a un mandato por medio de la amenaza del uso de la fuerza, radicando en el Estado su monopolio legítimo. Estas nociones describen lo que es la Subsecretaría del Interior en el sistema presidencial chileno.
En la Moneda, el(la) Presidente tiene en sus ministro(as) a sus colaboradores directos. Los Ministros(as) del Interior y de la Secretaría de la Presidencia cumplen roles de articulación política y la Secretaría de Gobierno de vocería. El(la) Ministra del Interior es el coordinador político del gobierno, de la política interna, con los partidos y también con el Legislativo en los temas complejos, presidiendo el Comité Político. El(la) Ministro de la Segpres opera la política legislativa para el éxito de su agenda en el Congreso. La SEGEGOB gestiona la política comunicacional.
Lo anterior es lo que vemos a diario. Paralelo a ello, aparece el Subsecretario del Interior, a cargo de la «ejecución» de la política. Una cosa es coordinar la política y otra ejecutarla. En esta subsecretaría se radica el «funcionamiento» del gobierno. Es por ello que quien ocupa su cargo es nombrado con cuidado, requiriéndose un perfil determinado. En general, parco, cuidadoso, austero en gestos y lenguaje, con capacidad de mando, gestor de redes y, al mismo tiempo, generador de confianza.
El Palacio del gobierno no puede examinarse como se analiza el gobierno en general. Si el Palacio fuera el planeta tierra, la Subsecretaría del Interior sería su núcleo. Es la parte más profunda del centro de poder, encargado de generar un campo de protección del mismo. No es aplicable a Interior el binomio Ministro/Subsecretario, pues éste último está a cargo de la seguridad pública, las policías, la inteligencia, la coordinación territorial del gobierno, la regulación migratoria, más todos los problemas operativos del gobierno.
Desde 1990 han existido 2 modelos de Ministerios del Interior. Hasta antes del primer gobierno del ex Presidente Piñera, el trabajo en materia de seguridad pública se radicó principalmente en el Subsecretario, encargándose los Ministros de las tareas políticas. El paradigma fue Belisario Velasco, quien estuvo 18 años en el cargo de Subsecretario.
Con Piñera 1 se inaugura un nuevo modelo. El ex Ministro Hinzpeter asume un rol de Ministro todopoderoso, incluyendo un papel preponderante en seguridad pública. Este modelo tuvo su peak durante el estallido social en 2019, conllevando una acusación constitucional en contra del Ministro Chadwick y la explosión del problema dentro del gabinete ministerial. La fórmula del actual gobierno podría catalogarse de híbrida, donde el subsecretario es núcleo del gobierno, pero con una alta figuración pública de la Ministra Tohá; asunto que le ha acarreado más costos que beneficios hasta ahora.
En breve, lo anterior explica la bomba que significó la acusación al ex Subsecretario Monsalve de violación. Le pega en uno de los puntos de flotación del gobierno, no porque Monsalve sea parte del círculo íntimo del Presidente o clave en la coalición, como si lo fue la salida de Giorgio Jackson, sino porque es una herida autoinfligida en el núcleo central de Palacio.
Por Tomás Jordán, abogado constitucionalista.
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