Columna de Tomás Sánchez: Que 20 años no es nada

Facebook
Imagen: Reuters.


Queríamos autos voladores, pero en lugar de eso obtuvimos 140 caracteres”, fue la frase que Peter Thield – fundador de PayPal e inversionista temprano de Facebook – pronunció el 2013 para constatar cómo el futuro no era lo que pensábamos. Después de un siglo XX cargado de expectativas y Odiseas en el Espacio, amanecimos en el XXI para constatar que miles de millones de dólares fueron invertidos más para desarrollar softwares, que para vivir eternamente o tener patinetas magnéticas.

A dos décadas del debut de Facebook, podemos constatar el impacto que han tenido en nuestras vidas las inversiones en Meta, Apple, Amazon, Google y Microsoft. En vez de movernos por los aires, nos quedamos tras nuestras pantallas. El fenómeno de las redes sociales ha impactado profundamente nuestra manera de relacionarnos, creando vínculos más estrechos a miles de kilómetros, pero al mismo tiempo, generando burbujas de resonancia que confirman nuestras creencias, tendiendo a la polarización.

Noticias falsas siempre existieron, pero no eran capaces de viralizarse a la velocidad que sólo hoy sabemos posible, como tampoco que políticos pudieran aprovechar los “hechos alternativos”. Movimientos sin líderes ni interlocutor como la primavera árabe, #MeToo, y #BlackLivesMatter son un desafío político tangible. Las teorías de conspiración no son novedad, pero sí su escala. Hoy los adolescentes sufren de adicción a redes sociales, y la soledad empieza a ser un tema cuando Facebook fue creado para lo contrario.

No todo es negativo, sin embargo, es importante ser conscientes que nuestro sistema social fue hackeado por aplicaciones digitales a las que les dedicamos varias horas al día. Ellas pueden ser el punto de inflexión en nuestras democracias, y también generar quiebres en nuestro sentido común.

La disrupción no es violenta ni radical, pero es continua. Es exponencial, aunque no sintamos cómo acelera. No recordamos la evolución del 2004, y tampoco identificamos mayores cambios en los últimos doce meses. Aun así, en 20 años aprendimos a no despegarnos de nuestros teléfonos, y el impacto ha sido tan amplio como profundo. Mark Zuckerberg sin preguntarle a nadie inauguró una era donde la mitad de nuestra realidad vive en pantallas, y junto con innumerables oportunidades, nos trajo enormes desafíos que aún no comprendemos.

Tomás Sánchez, Investigador Asociado, Horizontal, Autor Public Inc.

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.