Comparecencia de Crispi ante comisión investigadora
Su actitud evasiva ante la comisión que investiga el Caso Monsalve, amparándose en que las conversaciones con el Presidente son privadas, sientan un negativo precedente respecto de la transparencia con que debería actuar el gobierno.
La comparecencia del jefe de asesores de La Moneda, Miguel Crispi, y del jefe de gabinete del Presidente de la República, Carlos Durán, a la comisión investigadora de la Cámara de Diputados que indaga las responsabilidades del gobierno en el Caso Monsalve, distó mucho de entregar los resultados que se habrían esperado. Ello en razón de que sobre todo Crispi se amparó en la frase de que “las conversaciones con el Presidente son privadas”, lo que le permitió esquivar una parte importante de las interrogantes formuladas por los diputados, algo que causó amplia molestia entre los integrantes de la comisión, incluso entre integrantes del oficialismo.
Esta comisión fue aprobada hace algunas semanas por una amplia mayoría en la sala de la Cámara, haciéndose cargo de los cuestionamientos de que ha sido objeto La Moneda -y en particular la ministra del Interior y el Presidente de la República- por el deficiente manejo que hubo respecto del Caso Monsalve, con el mandato de esclarecer el rol que desempeñaron diversos organismos públicos.
La conmoción que este caso ha provocado en la ciudadanía y el cúmulo de versiones contrapuestas o versiones a medias justifican que se busque conocer en detalle todos los antecedentes que han rodeado este caso y cómo fue el proceso de toma de decisiones en La Moneda. La comparecencia de Crispi y Durán a la comisión investigadora era un paso que se consideraba relevante, tomando en cuenta la posición estratégica de ambos y por el hecho de que tuvieron reuniones con el Mandatario apenas este fue informado de la denuncia por la ministra del Interior.
Crispi básicamente se remitió a repetir frases que ya había señalado la ministra del Interior, sin entregar información nueva o responder por sus propias actuaciones, adoptando la desafiante actitud de ampararse en la reserva de las conversaciones con el Mandatario. Durán, por su parte, si bien tampoco entregó mayores detalles, al menos tuvo una actitud más receptiva y relató los hechos y acciones en que participó.
Las comisiones investigadoras de la Cámara constituyen una instancia expresamente reconocida en la Constitución y en la Ley Orgánica Constitucional del Congreso. Su comparecencia es obligatoria para quienes sean citados de acuerdo a esta normativa, y deberán suministrar los antecedentes y las informaciones que les solicite la Comisión. Solo tratándose de antecedentes que conforme a una ley de quórum calificado tengan el carácter de secretos o reservados, podrán ser proporcionados en sesión secreta. Crispi no aludió a ninguna de estas disposiciones para su silencio -un aspecto que los diputados presentes debieron haber recalcado con más fuerza-, y es claro que ni siquiera hizo mayores esfuerzos por allanarse a clarificar aspectos básicos.
Crispi ya había protagonizado una polémica por su negativa inicial a comparecer ante la comisión investigadora del Caso Convenios -finalmente cedió luego de la intervención de la Contraloría-; su silencio en la Comisión del Caso Monsalve sienta un negativo precedente, no solo por su falta de colaboración en un caso que indaga la Cámara de Diputados, sino porque deja la impresión de que no se ha internalizado la importancia de que el gobierno actúe de la forma más transparentemente posible, sobre todo cuando se trata de hechos que han causado profunda conmoción.
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